17/04/2021

El problema del falso techo en el Levante

Entre chafar la ilusión y vender la moto hay diferencias

El problema del falso techo en el Levante

El problema del falso techo en el Levante

Rafa Marín

Rafa Marín

Es de Silla y Porrot d'honor, la más alta distinción para un vecino. Sin embargo, Paco López pasaría por gallego y no porque lo hable. Volvió a demostrarlo este viernes, cuando no dijo una cosa ni la contraria y aun así quedó claro a qué se refería. En un perfecto equilibrio, empezó explicando que «quedan 24 puntos y nuestra idea es lograr los 24». Pero continuó, en la misma frase, con el aviso de que «miras el calendario y viene el Villarreal, que se puede perder, aunque trataremos de que no sea así, y luego el Sevilla lo mismo». Todo para terminar en lo poquito que le gusta que se piense «que este equipo se deja ir». Está demostrado con los números en la mano que no es cierto que el equipo se deje ir. Los jugadores han corrido incluso cuando ha sido para nada. Y es que más allá del sistema, la diferencia con el 0-1 en Eibar estuvo en la contundencia y no en los kilómetros. Gracias a ese resultado, el panorama en Orriols es que una segunda victoria hoy contra el flamante semifinalista de la Europa League devolvería al Levante a la pomada. Pero incluso quedarse a cinco puntos de los groguets a falta de 21 se antoja insuficiente para reflotar la esperanza.

Fue el propio entrenador quien rebajó las expectativas. Su realismo, aunque sonó excesivo, es indiscutible. Nadie como él sabe lo que se lleva entre manos, así que en su momento estaba en todo su derecho de decir lo que dijo. Nada demasiado distinto a ponerse la venda antes que la herida en vísperas de las dos derrotas seguidas a raíz del Derbi. Desde luego fue una demostración sobre su perfecto conocimiento del medio, consciente de que lo peor de la ola de lesionados aún no había pasado y del perjuicio de ponerse un falso techo. Otra cosa es que escuchar aquellas palabras fuese un bajonazo y hasta una coartada. Nadie, absolutamente nadie, puede echarle en cara al Levante que su techo esté en el puesto que ocupa ahora en la clasificación. Pero tampoco a nadie, absolutamente a nadie, le habría amargado un mensaje una pizca más ambicioso, acorde al espíritu con el que el propio Paco pasará a la historia por pulverizar todos los récords.

Entre chafar la ilusión y vender la moto hay diferencias. Lo mismo que hay un término medio entre soñar con otra gesta y no poner en valor lo que se ha conseguido, que es mucho y de un enorme mérito. Para nadie, absolutamente para nadie, puede pasar desapercibido que el presupuesto no da para un milagro todos los años. Tampoco que el rendimiento ha sido óptimo, en especial tras unos meses en los que el equipo ha competido prácticamente sin medios porque excepto de Malsa se han roto todos. Faltaba que Campaña, con todo listo para volver, haya vuelto una vez más para atrás. Preocupante.