La espiritualidad ha cambiado, pero el cartel del Trofeu Taronja no ha defraudado nunca en las últimas temporadas. Por Mestalla han desfilado adversarios y futbolistas tremendos: El Bayer Leverkusen de Kai Havertz y Julian Brandt, la Atalanta de Papu Gómez y Hateboer, la Fiorentina de Bernardeschi y Chiesa, la Roma de Totti y Pjanic. Un lujazo para calentar motores antes de arrancar los partidos con fuego real. Esta noche, el equipo de Marcelino se presenta ante un rival con otra dimensión. El Inter personaliza uno de los proyectos más potentes y fascinantes de las grandes ligas europeas. Tiene nivel Champions y está pensado para discutir el dominio de la poderosa Juventus a medio-corto plazo. El Valencia CF afronta una prueba de nivel rotunda a una semana vista de comenzar LaLiga ante la Real Sociedad. El Inter tiene futbolistas, tiene la estructura y tiene la intensidad.

La pretemporada es campo de ensayo para Marcelino, pero el técnico siempre ofrece señales rotundas en el Taronja sobre el once que comienza el campeonato. Así ha sido en los dos últimos cursos. En Leverkusen dejó surco y hoy debe dar otro paso. Pese a la duda sobre la sanción o no de Gayà y Parejo, lo normal es que estén en el once. Los problemas físicos de Diakhaby dejan a Garay. Coquelin está listo, pero habrá reencuentro Inter-Kondogbia. Queda resolver las bandas y el socio de Rodrigo. Al peso, Gameiro está por delante de Maxi. Es un amistoso para tomar nota y sacar conclusiones.

Bloque hecho, bloque por hacer

Delante tendrá un entrenador, Antonio Conte, que no perdona ni en este tipo de contextos. Está adoctrinando a sus jugadores e impregnandolo todo con su carácter ganador. Hambre, físico, empuje. Su mandato tiene un mes de vida, pero su impacto ha sido inmediato, tiene cosas por mejorar, pero ya es realmente competitivo. Entrenador de primer orden y jugadores que deben proporcionar un salto de calidad a los nerazzurri. Godín está lesionado, Lukaku está recién llegado y todavía falta potenciar la dimensión del ataque con Dzeko, pero se presenta con una base perfilada y futbolistas con ganas de reivindicarse como Lautaro Martínez y jóvenes para seguir como Espósito. Como sucede en el Valencia CF, las últimas semanas de mercado son clave para establecer los objetivos mínimos. Marcelino tiene la base armada, el Inter busca un salto para intimidar desde la delantera. La familia Zhang (dirigentes sustanciales del holding chino Suning) ha apostado por reclutar a dos de las figuras determinantes en el proceso de explosión de la Juve: el pasado mes de diciembre llegó Beppe Marotta -director general deportivo- y de su mano ha aterrizado Antonio Conte. La sintonía es total. En clave local, la mezcla tiene carga de profundidad. Hace una semana, el Valencia CF estuvo cerca de perder a sus equivalentes: Mateu AlemanyNadie es perfecto, pero lo sucedido en el Inter subraya el valor de las personas. Spalletti y Walter Sabatini son buenos, pero no produjeron el efecto deseado en la entidad nerazzurra. Lo mismo sucedió en Valencia CF con Suso García Pitarch, por ejemplo.

El desafío es superarse

El equipo tiene muchas ganas de volver a ver a la afición. Desde el día en que se celebró la Copa del Rey no han coincidido. El vestuario tiene claro que va a ser una temporada larga y dura. La llave del éxito está en la unión de todos, en el trabajo diario y en la ambición. Marcelino siente que el grupo quiere seguir creciendo, no ha tocado techo y esperan dar un salto. Las sensaciones son mejores que en el verano de 2018 y el grupo está bien, pese a la crisis de gobierno reciente. Carlos Soler fue rotundo en su mensaje y no buscó excusas: «Mateu es una pieza muy importante, pero nosotros nos dedicamos a jugar. El míster ya dijo ayer que está todo arreglado, así que no creo que tengamos que hablar mucho más del tema». Mejorar el año pasado es difícil, pero esa es la intención. El bloque soportó la presión y su ADN competitivo se ha reforzado. Toca superarse.