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El cuarto proyecto en quince años para el nuevo Mestalla

Soler inicialmente con un intento de variación posterior de Llorente, Salvo y hasta Meriton en la etapa de Lay Hoon fracasaron con sus bocetos anteriores

El cuarto proyecto en quince años para el nuevo MestallaSD

Ubicada al este de la Avinguda de les Corts Valencianes, junto a Benicalap, continúa la gris y de momento invariable estructura del que debe ser el nuevo estadio del Valencia CF. Se podría decir que se ha convertido en el icono de una crisis económica global y también institucional. Simboliza lo que hasta ahora ha sido un proyecto fallido hasta en al menos tres ocasiones (porque al margen de los tres ‘plasmados’, hubo otro más que era una primera variación del inicial). Las obras siguen paradas y la masa de hormigón (por suerte es de hormigón y acero en su gran mayoría, porque si fuese de otro material como por ejemplo el aluminio el problema sería mayor aún por el deterioro), impertérrita.

Mucho ha llovido ya desde que el 10 de noviembre de 2006 fue presentado a bombo y platillo en el Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias el primer proyecto faraónico parido por Juan Soler. Eran las 21:44 horas y envuelto en un significativo aroma a naftalina el entonces presidente del Valencia CF descubría en presencia de la cúpula política la maqueta del que pretendía ser uno de los recintos deportivos más modernos del continente. Un referente.

Proyecto de Soler para el nuevo Mestalla

El 1 de agosto de 2007 entraban las excavadoras y los camiones al solar para llevar a cabo los primeros movimientos de tierras. Aquel recinto iba a contar inicialmente con 75.000 localidades equipadas con butacas de 52 centímetros de anchura -todas ellas cubiertas además por una emblemática cúpula que en su parte frontal iba a tener representados a todos los distritos de la ciudad y al Río Turia a su paso por ellos- divididas en tres graderíos e iba a ser financiado con un crédito de la ya extinta Bancaja. También estaban planificadas 3.500 plazas de aparcamiento de las cuales 2.600 serían cubiertas, 22 ascensores, ocho escaleras mecánicas, 64 palcos privados, zona de ocio, restaurante de lujo con vistas al césped y hasta un auditorio... Estaba inicialmente programado que las obras finalizasen en 2010 para optar a albergar la final de Champions League en 2011, pero estas se paralizaron en 2009. Las parcelas del actual Mestalla no se vendían, la deuda era insoportable y no había ya ni líquido ni crédito para seguir adelante.

Aquella crisis tanto coyuntural como estructural se llevó por delante a Juan Soler y tras una ampliación de capital en la que la Fundación VCF tuvo que pedir un crédito a Bankia con el que se hizo con el 70% de las acciones, Llorente llegó a la presidencia. En esa etapa con la operación ‘Newcoval’ las obras estuvieron a punto de reemprenderse amparadas en el plan denominado ‘Valencia Dinamiza’ para agilizar los trámites, pero en septiembre de 2012 se rompió el acuerdo con Bankia cuando apenas un mes antes el propio Llorente se había reunido con algunos destacados accionistas del club para presentarles en las oficinas tanto la parte económica de la operación (la deuda tenía que quedar reducida a 180 millones y además había que devolver el crédito que concedía Newcoval) como la estrictamente arquitectónica basada esta vez en una ilustración, que no en una maqueta (puede ser anecdótico, pero ya se empezaban a notar los recortes). Su proyecto, una variación del inicialmente diseñado por Soler, incluía ya ‘solo’ una zona comercial, uno o dos grandes almacenes, un polideportivo adyacente y se rediseñaba la cúpula que aparcaba su fastuoso diseño inicial para dar paso a uno más económico y funcional basado en el cristal como material alternativo. Durante algunas semanas parecía que sí, pero finalmente fue que no.

Proyecto de Amadeo Salvo para el nuevo Mestalla

Después se gestó el hasta ahora antepenúltimo proyecto que nació cuando en 2013 llegó Amadeo Salvo y presentó un nuevo boceto para el estadio que había sido diseñado por el arquitecto original, Mark Fenwick, quien pretendía hacer una modificación del plan anterior eliminando las pistas de atletismo y reduciendo el aforo de 75.000 a 61.500 personas. En el proyecto ‘Gloval’ las plazas de aparcamiento pasaban de 3.500 a apenas 240 habilitadas, se pasaba de cubrir el 100% a cubrir el 75% del aforo y en la fachada se apostaba por una estructura de aluminio que reducía costes más aún. De hecho en el montante total aquella «optimización» del proyecto suponía 60 millones de ahorro respecto al proyecto inicial, pero manteniendo «el espíritu y la forma del proyecto original» en palabras del propio Fenwick. No se logró la financiación tampoco.

Primer proyecto de Meriton para el nuevo Mestalla

Y la historia después dio un giro Copernicano. La Fundación tuvo que vender la mayoría accionarial, que finalmente fue a parar a Peter Lim con la obligación de ‘procurar’ (’to procure’) la finalización del Nou Mestalla para 2019. Meriton, de hecho, hizo una primera intentona de relanzar el proyecto con Lay Hoon en la presidencia. Fue el 5 de octubre de 2017 cuando se presentó un proyecto que quería ser más austero y funcional aún que el de Salvo. Abandonaba definitivamente la idea de la pista de atletismo y reducía el aforo a algo menos de 60.000 espectadores, si bien entrañaba algunos problemas de ejecución como eran el hecho de tener que descender el nivel del césped para poner asientos en el espacio donde inicialmente estaba prevista esa pista de atletismo. Era un problema porque hay un estrato de hormigón que es la parte superior del primer nivel del parking subterráneo, pero es que además no se descartaba tener que desmontar el anillo superior de la estructura ya levantada para poder reducir el aforo en una apuesta en la que visualmente lo que más llamaba la atención era la variación sustancial de la fachada respecto al proyecto inicial ya que se pasaba de formas circulares con una estructura cerrada, a una cubierta alabeada con pilares de sujeción.

Aquel tercer intento, primero de Meriton, tampoco progresó. Obviamente no se han cumplido los plazos y este martes Anil Murthy le dijo a Ximo Puig que trabajan en un cuarto proyecto distinto a todos los anteriores.

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