ANÁLISIS

Bordalás-Meriton: Un mes de tensión y consenso a la fuerza en el Valencia CF

El ánimo del técnico ha ido cambiando de color, entre la reivindicación y la frustración. El enfado del técnico por la demora en los fichajes y la ausencia de un ‘6’ llevó a una convivencia tensa

Una imagen de Bordalás junto a Anil Murthy

Una imagen de Bordalás junto a Anil Murthy / LAZARO DELA PEÑA

Vicent Chilet

Vicent Chilet

Acaba un mercado de invierno convertido en una montaña rusa para el valencianismo, con momentos de aceleraciones, otros con atascos y con giros inesperados de guion. Cuatro semanas en las que el ánimo de José Bordalás ha ido cambiando de color, entre la reivindicación y la frustración, en espera de que el club obedeciese a sus peticiones, reiteradas en cada rueda de prensa, anterior y posterior a cada partido: el fichaje de un central y un mediocentro que aportasen al equipo un salto de oficio y experiencia.

En un mes lleno de picos y valles, hubo un momento de máxima tensión, el pasado 12 de enero, tras una reunión con Anil Murthy y Miguel Ángel Corona y con dos semanas transcurridas sin certezas fiables de fichajes. Los ofrecimientos del club no encajaban con las peticiones del entrenador alicantino, en un conflicto que se fue cociendo de forma latente hasta ser visible en las comparecencias de prensa. Aridane, central de Osasuna requerido por Bordalás, fue el nombre que hizo saltar el chispazo.

El técnico lo consideraba básico, pero no encajaba en los parámetros económicos de la entidad, que le ofreció como alternativa a Álvaro González, del Olympique de Marsella, central con un perfil distinto al que reclamaba Bordalás. Esa falta de encuentro se reproducía con el mediocentro, con el anhelado ‘6’. Bordalás pedía a Wakaso, un jugador experimentado y de su plena confianza, pero el club ofrecía a Diawara, descartado por Mourinho en la Roma. Por el camino se iban esfumando otras opciones, como Okay, del Celta, y se mantenían en el alambre la de Mickael Malsa. El pulso fue tan tenso que Bordalás se llegó a plantear desmarcarse de la política de fichajes de Meriton.

Además, la noticia del interés del Atlético de Madrid sobre Wass, y las dudas de Bordalás para que el club llegase a satisfacer un reemplazo al nivel del danés, enturbiaron más el ambiente. El Valencia logró aguantar un desenlace difícil de evitar, con el danés acabando contrato en junio, hasta que el Atlético subió la oferta a 2,7 millones. En el notorio enfado de Bordalás también contribuyó la inexistencia de una reunión pactada con el propietario Peter Lim, al que tampoco conoció Javi Gracia, su predecesor en el cargo, para valorar el mercado de invierno.

Las peticiones de Bordalás: "Necesitamos oficio"

Después de la dolorosa derrota en el Wanda Metropolitano frente al Atlético de Madrid, en una nueva remontada en contra, Bordalás volvió a ser muy explícito en una petición que tomaba forma de súplica: «Este equipo necesita ayuda, oficio, y si no llega, lo pasaremos mal. Ha sido una pena, porque no hemos sabido manejar el segundo tiempo, hemos acabado con muchos chicos jóvenes, sin experiencia y la diferencia era abismal»,

La presión de Bordalás, enfadado pero comprometido con el proyecto, desbloqueó el mercado en la última semana. Los dos primeros refuerzos fueron candidatos sorpresa, que no habían sonado. Eray Cömert fue el central llegado desde el Basilea. Un defensa con proyección aunque sin el punto de experiencia requerido por el míster. Del Red Bull Leipzig aterrizaba como cedido Ilaix Moriba, un gran proyecto de futbolista, pero que no se acoplaba al mediocentro defensivo experto que pedía a voces el técnico.

Más juventud (23 y 19 años) en un bloque convertido en el más joven y tierno de carácter de LaLiga. En el debate del extremo zurdo, otro de los déficits notorios del equipo, la opinión del técnico ha pesado. Con Samu Castillejo como alternativa, la petición de Bordalás de pelear la cesión de Bryan Gil y rebajar las férreas exigencias del Tottenham ha surtido efecto. En un mercado de consenso a la fuerza, la llegada del extremo del Tottenham habla del respeto ganado por Bordalás.

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