La Alegría que mantiene vivo al valencianismo

Empezó protestando con los Playmobil en febrero y el sábado fue la gran protagonista del 17-J

Desprende energía en su lucha contra Lim

A pesar de su edad, es un ejemplo. SUPER habló con ella

Su manifiesto emocionó a muchos. Unos le dieron las gracias por su dedicación. Otros la animaron a no rendirse. Su entusiasmo y sus ganas de pelear contra Lim por un futuro mejor han calado en los valencianistas.  A pesar de su edad, es un ejemplo

Su manifiesto emocionó a muchos. Unos le dieron las gracias por su dedicación. Otros la animaron a no rendirse. Su entusiasmo y sus ganas de pelear contra Lim por un futuro mejor han calado en los valencianistas. A pesar de su edad, es un ejemplo / SD

Andrés García

Andrés García

Alegría Simón se ha convertido a sus once años en uno de los símbolos de la lucha contra Peter Lim. La pequeña madrileña de DNI pero de corazón valencianista se ha erigido sin quererlo en uno de los iconos de oposición a Meriton. En febrero se dio a conocer a través de las redes sociales con sus virales protestas con los clicks de Playmobil en la sede de LaLiga en Madrid. El sábado se erigió en la gran protagonista de la manifestación del 17-J por las calles de la ciudad. Su manifiesto emocionó a muchos. Unos le dieron las gracias por su dedicación. Otros la animaron a no rendirse. Su entusiasmo y su afán de pelear contra la propiedad por un futuro mejor han calado entre los valencianistas. A pesar de su edad, es todo un ejemplo. Desprende energía y ganas y eso mismo es lo que más necesita Mestalla en esta guerra contra Singapur. SUPER habló con ella. Es la Alegría que mantiene vivo al valencianismo. 

«Me hice del Valencia cuando tenía cuatro años cuando empecé a ver los partidos con mi padre, estaba Marcelino y y era más fácil engancharse al club cuando ganamos la Copa. La final contra el Barcelona la vi con mi padre y sus amigos y en cuento terminó nos fuimos a tirar petardos al descampado de al lado. Me empecé a aprender las canciones, nos compramos camisetas y cosas muy guays».

Protesta de aficionados del Valencia contra Peter Lim

Protesta de aficionados del Valencia contra Peter Lim / Eduardo Ripoll

Pronto empezó a cambiar todo a peor con Lim. «Me parece muy triste lo que está pasando. Antes éramos un equipo campeón. De hecho, en el 2002 éramos los mejores del mundo. Antes éramos un equipo de Champions y ahora peleamos por no descender. Ya no jugamos ni para ir a Europa. Me sabe muy mal por la cantidad de entrenadores que han pasado y los jugadores con poco nivel que tenemos ahora. ¡Que nos han salvado los del filial, por favor! Me parece muy mal lo de Peter Lim porque apenas pasa por València. Es horrible. Pero a la vez el Valencia se siente afortunado de tener una afición tan guay como tenemos, voy a luchar hasta que Lim decida marcharse. No me voy a rendir».

Alegría siente que así va a ser muy difícil que los niños se hagan del Valencia. «Si pudiera hablar con él le diría que si hace falta yo le compro el Valencia, porque nos está molestando ya mucho. Así es muy difícil que los niños se hagan del Valencia. Por ejemplo, yo lo estoy pasando mal porque cada vez que pierde el Valencia que es muy a menudo me venían los compañeros a restregármelo en la cara. Siempre me decían: «¡A la SmartBank, a la SmartBank!». ¡El día que ganamos al Madrid poco se habló! Ese día los del colegio estaban muy callados. Se picaron tanto que me decían «¡A segunda! Ese fue el único día que me dio igual lo que lo que me dijeran, porque yo tenía la satisfacción de haber ganado al Madrid, pero sí lo he pasado muy mal en el cole cuando me decían cosas».

La Alegría que mantiene vivo al valencianismo

La Alegría que mantiene vivo al valencianismo / SD

Alegría se dio a conocer con sus famosas protestas con los Playmobil. Así empezó todo. «Fue en la primera propuesta que subió mi padre a las redes. Perdíamos muy a menudo, los resultados no eran buenos, así que mi padre decidió que íbamos a protestar. Mi padre preparó unos carteles y los llevamos a la sede de LaLiga. El vigilante de seguridad se reía de nosotros porque solo éramos dos personas y le parecía ridículo. Así que se me ocurrió llevar muñecos para parecer que éramos más. Protestaba con muñecos para ser más gente».

El sábado vivió un día muy especial. «Me decían que era un orgullo para ellos. Me regalaron cosas y fueron muy agradables conmigo. Me decían que podía ser la persona que cambiara el Valencia. Que era un orgullo de niña, que ojalá pueda seguir así y que nunca cambie. No pensábamos que nos íbamos a convertir en referencia para la gente. Ojalá la gente haga cosas como hacemos nosotros. Animo a todos los niños a que protesten, a mí me gustaría hacer una manifestación con todos los niños y que Lim vea que no tiene futuro. El sábado me hubiera gustado que fueran más personas. Hay que repetirla la temporada que viene».

Alegría conectó, como no podía ser de forma con otro símbolo anti-Lim: Pepe Serrate a sus 93 años. El sábado se conocieron y no lo olvidará nunca. «Estuve hablando con Pepe. Me estoy dando cuando de que la gente mayor es sabia. Me gustó mucho conocerlo porque me contó anécdotas aunque no comprendía muy bien el valenciano. Me encantó la pasión que tiene por el Valencia, me contó que en la época del coronavirus él prefería morir en Mestalla que en su casa, ha sido un gran socio y espero ser como él». 

Alegría no confía en el proyecto del año que viene. «Esta temporada he sufrido mucho. No tengo esperanzas para el año que viene. Los fichajes no son buenos, no van a estar Kluivert y Lino, tengo miedo de que lo que vaya a pasar la próxima temporada. No hay fichajes, los entrenadores se van, Baraja ya ha aguantado suficiente después de todo lo que ha pasado, y no tengo esperanza con Peter Lim. No hace nada, tiene dinero y no lo pone».

Para su padre Miguel (valenciano de nacimiento» es un orgullo lo que está consiguiendo su hija. «Desde febrero hemos estado muy activos en las protestas desde Madrid, pero siempre ella y yo solos. A ella le llamó la atención el sábado ver a tantos valencianistas con la camiseta porque es el contraste de la soledad de aquí. Se nos hace raro que nos conozca la gente. Fue un baño de cariño inesperado. Ella está muy contenta de ayudar y ya te puedo decir que no va a haber quien la pare».