¿Cicatriz o herida abierta? Esa es la contraposición a la que se enfrenta Diakhaby. En la vida, hay momentos que dejan marca. En el fútbol, también. Un mal partido tipo Atalanta puede arrastrar a cualquiera, pero Mouctar ha demostrado que tiene capacidad para rehacerse. Ya lo ha hecho en el Valencia CF, donde llegó tras cometer algunos errores en el OL, le faltó continuidad y confianza. El central francés tampoco tiene alternativa, su fortaleza mental va a estar a prueba y sólo hay un camino: demostrar que tiene pasta de buen futbolista. El primer paso para volver a ser importante en el Valencia CF pasa por ganar el pulso a las dudas y a las críticas. El futbolista es consciente, Celades lo sabe y los compañeros lo han sabido leer. Para competir con garantías, en un escenario a once finales para alcanzar la zona Champions, hace falta un buen Diakhaby.

Mouctar tiene que ser clave. Estar finos en el apartado físico va a ser fundamental en LaLiga, pero también será determinante estar preparados para lo que viene a nivel mental y ambiental: estadios vacíos y una nueva realidad marcada por la convivencia con el Covid-19. El Valencia CF conoce el decorado, precisamente tuvo que jugar a puerta cerrada ante la Atalanta. Trasladar confianza es una de las misiones del cuerpo técnico, también lo es levantar a Diakhaby. Cuestión de adaptación y de sensaciones. Diakhaby tiene 23 años y juega en una posición de máxima exposición y responsabilidad, en el Valencia CF. Reciclar toda esa presión en positivo es indispensable.

El rol de Gabriel

Hay una realidad: Diakhaby se descompuso en el momento pensado para dar un paso al frente.. El contexto es sustancial en la radiografía. Se hicieron evidentes sus defectos y se diluyeron sus puntos fuertes, que los tiene. En el Coliseum se le vio superado, en la descomposición general. La actuación del equipo, en bloque, no ayudó. Lo sucedidó ante la Atalanta fue distinto, pero hay otra realidad: el mejor Diakhaby se ha visto al abrigo de Ezequiel Garay (sobre todo) y de Gabriel Paulista. Esa guía es la que le faltó y es imprescindible para que pueda ordenarse y por extensión pueda jugar más seguro, con todo lo que esa implica. Partidos inmensos, como el que firmó en Lille, ante atacantes de alto standing como Osimhen, han quedado diluidos por descuidos... que debe corregir.

Garay está metido en el proceso de recuperación de su rodilla, pero sí estará Gabriel. La situación y las necesidades subrayan la importancia del rol de Paulista; va a mejorar a Mouctar. El triunfo ante el Ajax, en el Johan Cruyff Arena queda como referencia de lo que puede ofrecer Diakhaby. En el marco de la Champions y en un duelo sin margen, firmó una actuación tremenda, junto a Gabriel. Salvo contratiempo, el francés y brasileño están destinados a formar como pareja titular en el eje de la zaga. Ahí va a estar una de las claves en la operación sorpasso.

Hugo, Javi Jiménez y Guillem

Por momento de confianza y por las lesiones, el cuerpo técnico ha reforzado la posición de central incorporando en plantilla a Hugo Guillamón, Javi Jiménez y Guillem Molina, los tres del filial, alternativas distintas. Hugo debutó en el Reale Arena y tiene la salida de balón como valor añadido. Javi puede jugar en el lateral derecho ofreciendo una variante defensiva. Lo importante es sumar.

El foco, en lo importante

El Valencia CF es consciente de lo que tiene entre manos con Mouctar Diakhaby. Con contrato hasta 2023, no hay motivo para precipitarse. El impacto del Covid-19 y la imagen ofrecida en Champions han mermado su valor, por debajo de lo que podría generar en otra relación, como sucedió el verano pasado, cuando llegó una oferta importante y se rechazó. Diakhaby es un activo positivo y útil. Su futuro está ligado a cómo queda la temporada, a qué categoría tienen las posibles ofertas, a cuáles son las necesidades del proyecto... demasiados condicionales para realizar juicios en presente. La mente del futbolista está en el Valencia CF, en rehacerse y demostrar de lo que es capaz. Para dejar Mestalla tiene que estar convencido y ahora tiene una recta final por delante en la que puede producir un giro, a la inversa de lo que sucedió ante la Atalanta.