Pablo Martínez está listo para dar el salto

El '10' cumple seis meses desde que se rompió el ligamento cruzado con la admiración de todos los que le han acompañado durante su puesta a punto. "La recuperación ha ido espectacular, ha tenido mucha implicación. Si va todo según lo previsto, es posible que esté preparado para jugar a mediados de octubre"

Pablo Martínez posa para las cámaras del club, en una imagen cedida a SUPER.

Pablo Martínez posa para las cámaras del club, en una imagen cedida a SUPER. / LUD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Todo trabajo, más tarde o más temprano, siempre tiene su recompensa. Tanto en el fútbol como en la vida, aunque ambas se alimenten entre sí. Especialmente, si la implicación, y las ganas, son potenciadas por la ilusión de volver a ser el de antes. Pablo Martínez, en la recta final de su recuperación tras sufrir una rotura en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, cumple seis meses desde que padeció el golpe más duro que ha sufrido en su trayectoria deportiva y sueña, a base de constancia y sacrificio, con ser nuevamente el que maravilló al Ciutat de València con sus actuaciones.

El centrocampista ve la luz al final del túnel tras arduos meses de entrega y trabajo, donde su única intención fue volver a ser uno más en el equipo dirigido por Javi Calleja y, sobre todo, ayudar a un Levante que, tras la dura derrota contra el Espanyol, tiene interrogantes que resolver. Alcanzados los seis meses desde su lesión, Pablo Martínez activa la cuenta atrás para su reaparición. “A partir de los seis meses está previsto que haga entrenamientos completos con el equipo y, a partir de ahí, Javi Calleja considerará cuándo está preparado para competir. Si va todo según lo previsto, es posible que esté listo para jugar a mediados de octubre”, dijo Javi Olmo, preparador físico y readaptador de la primera plantilla, en declaraciones a SUPER.

Acompañado de Luis Miguel González, readaptador que ha estado también encima de la evolución de Pablo Martínez, Javi Olmo, medio año más tarde, echa la vista atrás y valora su recuperación de forma sobresaliente. El centrocampista, concienciado al cien por cien de alcanzar un estado óptimo de forma, solo dio pasos hacia adelante. De hecho, nunca retrocedió. Casi cuatro meses después de su rotura comenzó a tocar balón, y pasados cinco meses y medio desde aquella desafortunada tarde ante el Albacete, empezó a trabajar con el grupo. Y es que Pablo Martínez no dejó de evolucionar, ya que detrás de la puesta a punto de uno de los capitanes no solo hubo mucho trabajo, sino también mucha implicación.

La recuperación ha ido espectacular porque ha ido superando todas las fases sin ningún tipo de complicación. Es muy importante también el resultado de la operación y, en ese sentido, el trabajo del Doctor Ernesto Fernández fue muy bueno. No hemos tenido que dar marcha atrás ningún día porque no ha tenido ni molestias ni sobrecargas. Hay que resaltar su implicación y el trabajo que han realizado todos los miembros de los servicios del club: médicos, fisios y readaptadores”, comentó Javi Olmo: un preparador físico que vivió, en primera persona, cómo Pablo Martínez puso todo de su parte para volver cuanto antes.

El canterano regresará al equipo sumergido en una dimensión superior. Con más peso en el vestuario, con el privilegio de ser capitán y con el dorsal ‘10’, que tiene la bendición de Iborra, Pablo Martínez entrenó sin descanso para vivir nuevamente las emociones que sintió durante su pico más alto de forma. Un trabajo duro, tanto en lo físico como en lo mental, pero que ya afronta su recta final con la admiración de todos lo que le han rodeado durante su proceso.

Ha tenido mucha implicación. En una recuperación como es esta del ligamento cruzado anterior, es difícil cumplir el plazo de seis meses, y más todavía en las condiciones que está ahora, que son increíbles. Ha sido ejemplar y es el principal motivo. Es una lesión que conlleva seis meses, como mínimo en el mejor de los casos. El trabajo en Buñol es de aproximadamente 2 horas en gimnasio, después a la piscina otros 30 minutos, es un día a día bastante duro, no hay más fórmulas que las del trabajo. Pablo no ha puesto nunca ningún problema, incluso en vacaciones le obligamos a parar una semana para que desconectara porque iba muy bien y le costó asimilarlo por las ganas que él tenía de seguir trabajando, pero al final nos hizo caso”, finalizó Javi, orgulloso de un Pablo que cuenta los días para su reaparición.