Derrota con todas las letras. El Betis pasó por encima del Valencia. Lo superó a todos los niveles. Por fútbol, por intensidad y por hambre. Y así es imposible. La diferencia entre los dos equipos fue abismal. Los de Pellegrini fueron mejores en todas las líneas. El equipo es un coladero en defensa. No hay forma de ser el equipo seguro y fiable que quería Bordalás. Este Valencia está a años luz de aquel Getafe que promedió 35 goles en contra de media. Carvalho se bastó para ganar al centro del campo del Valencia. ¿Y en ataque? Sigue el apagón de los delanteros. Ni Maxi. Ni Marcos André. Ni nadie. Borja Iglesias y Juanmi facturaron otra vez. Llevan 13 goles en LaLiga contando también los de Willian José. La comparación es insultante. En el Villamarín fuimos grandes no hace mucho con aquella Copa del Centenario. Ahora cada vez nos sentimos más pequeños. Europa ha pasado de sueño a utopía. Bordalás necesita encontrar soluciones de forma urgente. El Valencia así no va a ninguna parte.