Chorizada siempre

Tiene delito que el Madrid siga condicionando a los árbitros. Y lo tendrá también si Lim no le da a Bordalás fichajes

PORTADA CHORIZADA

PORTADA CHORIZADA / SD

Rafa Marín

Rafa Marín

Una parte del madridismo se nos echó encima ayer por la portada en la que denunciamos la emboscada que le esperaba al Valencia. Sin embargo, ninguno de los que no pusieron tan a caldo, la mayoría detrás de avatares con la cara de Florentino, tuvo objeciones cuando Hernández Hernández, que llevaba ahí es nada la friolera de cuatro años sin pitar en el Bernabéu, confirmó nuestros fundadísimos temores al señalar un penalti inexistente en el que ni siquiera entró el VAR. Después de una semana expuesto a la presión de la maquinaria blanca, inclusive desde la televisión oficial del Real Madrid, el árbitro canario acabó condicionando el partido al borde del descanso con una decisión inexplicable más la no expulsión de Casemiro. Tiene delito que haya cosas que no cambien y que la emblemática portada de la chorizada, que el próximo febrero será mayor de edad, siga tan vigente como aquel primer día de febrero de 2004 con el ushiro nage. Sinceramente faltó muy poco para que la repitiésemos o para que, más en la línea de los tiempos que corren, en nuestra primera plana recurriésemos a alguna serie de moda sobre robos y atracos. Si no lo hicimos no fue porque nos faltasen motivos o porque el club se nos adelantara (lástima para muchos aficionados que habrían retuiteado). Se nos fueron las ganas con la segunda parte tan pobre que se marcó el equipo y que nos obliga a reconocer que lo que también tiene delito, y mucho, es que Bordalás tenga que salir a la palestra una y otra vez reclamando fichajes que sumen y que necesita. El mosqueo por el vergonzoso arbitraje, uno más de la lista interminable, es compatible con que clame al cielo la urgencia de refuerzos en un momento clave como este. Si Lim no lo impide tirando de chequera, o al menos de imaginación, se corre el riesgo de seguir perdiendo partidos y puntos y con ello el objetivo de reengancharse a Europa. 

QUERER Y PODER

Por fin ganó el Levante UD, que todavía puede y sobre todo quiere salvarse. De hecho, más importante que lo primero es en realidad lo segundo. Por eso la imagen de la victoria contra el Mallorca, la primera de la temporada, fue la piña de los jugadores, primero entre ellos y luego con los mismos aficionados que terapéuticamente venían de haberles administrado jarabe de palo tras el 5-0 en La Cerámica. Aun así, calma. El equipo estuvo mejor y es cierto que por algo se empieza. Pero también lo es que volvió a perdonar, que acabó salvándose por los pelos y que antes del primer gol la tregua estuvo colgando de un fino hilo. Aunque parezcan menos después del alegrón, el camino sigue lleno de curvas. Y para Alessio lo más prudente es cogerlas con los de la casa.