Opinión

Emery y la sinrazón

El técnico estuvo fino tras la gesta: "Hace falta un club implicado en tener buenos jugadores que te den calidad"

Una Emery, señalando durante un partido del Villarreal

Una Emery, señalando durante un partido del Villarreal / EP

Emery ya se había ganado el derecho a situarle entre los grandes entrenadores españoles de los últimos años antes de llegar al Villarreal. Con la última Europa League y la gesta en Turín, además, se ha hecho un hueco entre los mejores de la historia. Aunque no siempre encontró el aprecio que se merecía, en especial cuando entrenaba al Valencia, Emery ha ido derribando numerosos prejuicios. Y para encontrar los últimos no hay que remontarse demasiado. Cuando el interés del Newcastle, sus críticos de cabecera consideraron que su continuidad en La Cerámica sería un problema antes que una solución. Coincidieron la mayoría con los que aprovecharon su visita a Mestalla para atizarle por la china de más que le tiró a Bordalás. Que se le haya acusado hasta de perdedor, sin embargo, resulta cómico. De los muchos protagonistas que tuvo el 0-3 a la Juve, el entrenador fue el más principal de todos. Pese al problema en LaLiga contra los rivales a priori más asequibles, el rumbo del submarino es el que toca gracias a un matrimonio perfecto entre la gestión económica y la deportiva que tan bien y tanto define el proyecto de los Roig y el soberbio Llaneza. Sin entrar en la procedencia de bastantes de ellos, lo dijo el propio Emery en mitad de la euforia por el triunfo: «Para llegar hasta aquí hay que trabajar lo mejor posible y que un club se implique en tener buenos jugadores que te dan calidad y pueden resolver estos partidos».  

La roja

No es la expectación por el futuro estadio la que ilusiona sino la final de Copa, una gran excusa para viajar y disfrutar del ambiente con o sin entrada. Hoy se sabrá más sobre el reparto, si bien no se esperan demasiadas novedades ni parece que vaya a aprovecharse la oportunidad para reconstruir puentes con la Agrupación. Y hoy se sabrá también de cuántos valencianistas tira Luis Enrique, que aunque en menor medida también es algo que siempre genera una dosis de interés y de orgullo. Sobre todo si además de Soler llegan Gayà, pese a su lesión, y un Bryan cuya continuidad tendrá mucho que ver con poder jugar o no el próximo Mundial.