La lección de Merhi

En época de pilotos de pago, el de Benicàssim vuelve a hacer magia con Campos Racing

Roberto Merhi logró el podio en su regreso a la Fórmula 2

Roberto Merhi logró el podio en su regreso a la Fórmula 2 / Campos Racing

Jorge Valero

Jorge Valero

"Hay vida más allá de la Fórmula 1". Esta era una de las frases que repetía una y otra vez el añorado Adrián Campos para poner en valor el trabajo y el talento de quienes viven por y para el automovilismo y recorrían medio mundo compitiendo en distintos campeonatos. Su pasión por el automovilismo era mucho más potente que la atracción de la Fórmula 1 y aunque fue uno de los pioneros españoles en llegar a la categoría reina y el primero de los valencianos en hacerlo, disfrutó tanto o más después, en sus años de propietario del Campos Racing, donde ganó en todas las competiciones.

Tras el alcireño, solo Roberto Merhi ha logrado llevar al automovilismo valenciano tan alto. Su talento le catapultó hacia a la Fórmula 1 y aunque no lo hizo en las mejores condiciones al correr para los equipos más modestos de la parrilla, tuvo tiempo suficiente para demostrar que merecía estar más años junto a algunos de los que fueron sus compañeros de generación, como Ricciardo y Bottas, entre otros. Pero por desgracia para él y para otros grandes pilotos que no llegaron o tuvieron un paso fugaz por el ‘Gran Circo’, es casi imposible asentarse en la Fórmula 1 sin el respaldo de al menos un gran patrocinador, que siempre le faltó.

Lo de pagar por correr, estando entre los mejores del mundo, suena casi a una broma y con la imposibilidad de mantener su volante en el equipo Manor, abandonó su sueño para intentar seguir disfrutando del automovilismo con la misma filosofía que lo hizo Adrián Campos, a quien este domingo rindió el mejor homenaje posible llevando el nombre de su equipo al podio en el Gran Premio de Austria.

Cuatro años hacía que no competía en la Fórmula 2, volvió para sustituir al lesionado Ralf Boschung y en la primera carrera, dejó en evidencia a muchos de los que en los próximos años estarán en la Fórmula 1 junto a Fernando Alonso, Lewis Hamilton, Max Verstappen o Carlos Sainz, a quien le disputó hasta la última carrera el título en las World Series de 2014.

El de Benicàssim, que salía 21º en la parrilla de Spielberg, hizo una memorable remontada hasta cruzar la línea de meta en segunda posición. Aunque una sanción le relegó a la quinta plaza y el recurso posterior le llevó hasta la tercera, se perdió la ceremonia del podio que merecía, pero a nadie escapó quién fue ayer el mejor piloto de la parrilla de F2, la antesala de la F1.

Ahora tendrá continuidad en las próximas carreras en Campos Racing para seguir demostrando el talento que se está perdiendo una Fórmula 1 con cada vez más pilotos de pago. Una puerta que quizá nunca más se le vuelva a abrir, pero que no la necesita para ser feliz, mientras tenga un volante o un manillar en sus manos, por su gran pasión por el ciclismo. Ganó la F3 Euroseries en 2011, subió al podio en el circuito urbano de València en las GP3 Series y brilló también en el DTM, el Mundial de Resistencia, las 24 Horas de Le Mans, el SuperGT japonés, entre otros campeonatos. Su podio en Mónaco en 2018 en la F2, con un mono negro sin publicidad, es el mejor ejemplo del talento de un piloto al que le faltó apoyo económico y también algo de suerte. La Fórmula 1 se lo pierde.

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