CONTRAVOLANTES

Carlos Sainz, quinto a pesar de Ferrari

El piloto español fue penalizado por la ineficacia de su muro

Carlos Sainz, en su parada en el GP de Francia

Carlos Sainz, en su parada en el GP de Francia / ERIC GAILLARD

Ángel Castaños

Ángel Castaños

El asfixiante calor parecía a priori ser lo que determinaría el resultado del gran premio. La elevadísima temperatura en pista amenazaba con degradar las gomas y obligar a todos a hacer paradas adicionales, algo nada recomendable con un pitlane tan largo. En Paul Ricard la victoria cayó en manos de Verstappen, gracias a la inverosímil salida de pista de Leclerc cuando lideraba la carrera. Con la adrenalina a tope el monegasco decía en la radio que se le había atascado el acelerador. Para estirarse de los pelos: la misma avería que casi le deja sin el triunfo en Austria. Pero una vez llegado a su box, Charles reconoció que el error era suyo y se hizo el hara-kiri frente a los micros admitiendo que, si se pierde el título por 32 puntos, él será el culpable. Posteriormente, Binotto lo dejaba claro: error de pilotaje.

La excelente actuación de Carlos Sainz supo a poco. El piloto español no recibió una recompensa acorde a su esfuerzo. Carlos comenzó lastrado: el cambio de motor le obligó a salir desde el fondo de la parrilla. Su remontada fue épica, recuperó 14 posiciones, realizó 19 adelantamientos, se llevó la vuelta rápida y fue nombrado piloto del día. Y el premio por todo ello, una quinta plaza. Lo positivo es que –ahora sí– el español ya le ha cogido el truco al monoplaza.

Sainz corrió contra su equipo. Otra vez –recordemos el “stop inventing” de Silverstone– tuvo que poner las cosas claras a su escuadra a la hora de marcar la estrategia. El muro volvió a tomar decisiones de forma arriesgada al hacerle cambiar gomas cuando ocupaba, a pocas vueltas del final, una tercera plaza que podría haber defendido. Para más inri, el equipo hacía la llamada a boxes justo cuando estaba superando al Red Bull de Pérez. Pero es que hubo más: la otra piedra en el zapato la pusieron los propios mecánicos al hacer una parada lenta, a la que se unió un unsafe release que le supuso una penalización de cinco segundos. La excelente actuación de Carlos culminó frente a los micros después de la carrera disculpando a su equipo.

Afortunadamente en menos de siete días los coches volverán a rodar en Hungaroring y habrá otra oportunidad de enmendar los errores.