Opinión

Calleja, una llegada a tiempo

El míster argumentó en su presentación lo que siente y lo que además quiere oír el aficionado del Levante. Ascenso, exigencia y presión

Javi Calleja durante su presentación

Javi Calleja durante su presentación / F. Calabuig

Can Misses será el escenario que acoja el estreno de una etapa en el Levante. Tras el paréntesis, fructífero y con pleno de puntos, de Felipe Miñambres en el banquillo, Javi Calleja se bautizará como técnico granota en Ibiza, escenario que sobre todo ha visitado el filial las últimas temporadas. En el recuerdo queda una épica eliminatoria entre el Atlético Levante y el cuadro balear que se decantó para los granotas en la siempre dramática tanda de penaltis tuvo a Cárdenas como protagonista. El arquero catalán tratará de volver a ser el mejor guardián de la portería.

Memorias pasadas al margen, los seis puntos sumados con mayor o menor brillantez ante Mirandés y Leganés, han devuelto al Levante a los lugares en los que debe estar. El experimento Nafti ha dejado afortunadamente una demora que no es insalvable. No seré yo quien cuestione la profesionalidad del franco-tunecino pero lo cierto es nunca exhibió muestras de poder estar al nivel de un reto como el que tiene el Levante. El hecho de que el propio Miñambres reconociera su error, ha exhibido que ese famoso casting no fue el mejor. En cualquier caso, flagelarse de manera continua ya no vale y hay tiempo más que de sobre para volver a situarse entre los puestos que dirigen a la élite. Es lo que tiene esta exigente y larga categoría de plata.

Calleja argumentó en su presentación lo que siente y lo que además quiere oír el aficionado del Levante. Ascenso, exigencia y presión. Pese a ser un debutante en la Segunda División pocos pueden dudar de la capacidad que atesora el entrenador madrileño para lograr el objetivo. Pensar si ahora mismo con él desde el inicio el equipo estaría más arriba es tan utópico como absurdo. Los resultados y el puntaje se encargarán de valorar a Javi Calleja desde ahora mismo.

Los precedentes, sobre todo en el Villarreal, confirman que es una apuesta muchísimo más sólida que la de Nafti. El técnico deberá anudar a una plantilla que presenta en el escaparate jugadores con lustre, pero que quizás, entre bastidores, presenta algún punto de descompensación que deberá solventar. Las vueltas de Mustafi o Campaña han de ser claves para lograr esto.

El episodio vivido por el centrocampista ante el Leganés con un seguidor hay que dejarlo en anécdota y en situaciones que se pueden dar cuando la rabia y la impotencia se adueñan de algo tan sentido como es el sentimiento a un club de un aficionado. Campaña, como profesional que es, rectificó a tiempo, y la mejor manera que tiene de devolver una confianza que pase lo que pase nunca será del 100%, es aportando desde donde más sabe, el verde. Su fútbol y su implicación marcarán que pueda tener un adiós lo más digno posible cuando acabe el curso.

Más lejano queda el posible relevo, o no, de Quico Catalán al frente del Consejo. En un proceso embrionario a día de hoy, el hecho de que se comiencen a pensar en alternativas para la presidencia del club otorga al club brotes sanos de democracia que son necesarios.

El Levante tiene que exportar una imagen de pluralidad, de estar gobernado por un Consejo coherente que mire por el bien colectivo y que sobre todo consolide a la entidad de una manera sostenible en la que tanto la estructura como la economía progresen de la mano. Las obligaciones han de ser las de fomentar el arraigo entre su gente, diseñar un Levante de presente y futuro además de priorizar que el club está por encima de todo. Iniciativas como esta, o las que puedan ir apareciendo, seguro que van a enriquecer el proceso para conseguirlo.

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