Salvar al Valencia CF

Más allá de las noticias que se van a suceder estos días, y que son claves, hay una prioridad: la permanencia

El valencianismo se manifiesta contra Meriton

El valencianismo se manifiesta contra Meriton / Francisco Calabuig

Rafa Marín

Rafa Marín

El deporte valenciano goza de un excelente estado de salud. Quedó claro en la Gala del 30 aniversario de esta casa. Un evento multitudinario en el que se congregaron en el Trinquet de Pelayo más de 300 personas entre deportistas, federaciones, clubes y autoridades. Que la valenciana sea la Comunitat de L’Esport es una bendición para un diario como el nuestro, testigo a lo largo de las tres últimas décadas de todo tipo de éxitos y vicisitudes.

Una historia que vamos a continuar honrando más allá de actos como el del miércoles y de suplementos especiales como el que estamos preparando para mañana. Y un futuro en el que tenemos puestas muchísimas expectativas. Sin embargo, antes que nada, el presente. Un momento de parada y fonda con el Valencia CF, el club con más aficionados de la Terreta, la referencia indiscutible de SUPER y un motivo de preocupación por el riesgo de descenso deportivo y de colapso institucional.

Más allá de las noticias que en los próximos días van a sucederse en distintos ámbitos, desde Torino hoy al juicio contra Salvo y Aurelio de la semana que viene, no hay nada que merezca más atención ahora que la permanencia. Por eso, sin perder de ojo cualquier movimiento de la sociedad civil valenciana, ya sea a nivel político con el convenio del Nuevo Mestalla o las iniciativas de Libertad VCF, la prioridad absoluta es un Valencia que siga en Primera. Y es por eso también por lo que el foco está en Paterna, donde Baraja y Marchena tienen mucho trabajo. Para empezar, con algo sin lo que será imposible conseguir el objetivo. Porque sin goles no hay puntos. Y la sequía actual es una amenaza.

Barçagate

Es posible que el silencio de Laporta responda a la sencilla razón de que es mejor callar que decir nada ante la evidencia de que el Barcelona le ha pagado una millonada durante años al que fue vicepresidente de los árbitros y su hijo. Así que ni Superligas ni historias. La UEFA ha entrado a investigar porque no le queda otra y cada vez toma más cuerpo que el Camp Nou se quede una temporada sin fútbol europeo. La credibilidad del fútbol español sigue bajo mínimos.

Suscríbete para seguir leyendo