El silencio habló

Portada de Superdeporte del 9 de marzo de 2023

Portada de Superdeporte del 9 de marzo de 2023 / SD

Alberto Gil

Hoy hace un mes que se fue Pedro de Vallejo al cielo. Desde aquel 8 de marzo al levantinista, de fisonomía moldeada como aficionado, patrono y consejero, ha protagonizado algunos instantes que acompañarán al levantinismo para siempre.

El menos tangible y, sin embargo, el de mayor profundidad es el del legado, más en concreto el hecho de convertirse ya en uno de los mayores iconos del legado levantinista. Sin ánimo de apropiarse de nada, involuntariamente y con la casi total seguridad de que si fuera por él hasta lo regatearía, le ha tocado a Pedro. La representación del mimo con el que acogió y luego contagió a los suyos, a la familia Catalán, el sentimiento por el Levante Unión Deportiva ha ejemplificado el legado de la lealtad eterna, generación tras generación, a los colores de su club.

Segundo instante. La bandera azulgrana que rodeó su féretro. Cómo la bandera de su equipo lo arropó durante el funeral pareciendo apropiarse de parte de su personalidad, con señorío, discreción y respeto. Como hizo Pedro durante 75 años en su vida con la camiseta azulgrana puesta y también sin ella. Desde esa solemne posición la bandera habló por él y se despidió con su verdad, sus valores y su agradecimiento.

El tercer instante recuerda que ya se ha quedado con nosotros su voz. «Este es un equipo diferente, nosotros somos diferentes». Sus palabras sonaron por la megafonía acompañando a una imagen con su sonrisa, en blanco y negro, en el videomarcador. Permanecerá siempre en los corazones de los aficionados cuando en ese contexto ensalzó la particularidad de ser levantinista y subrayó que lo que les ha dejado a los suyos es enseñarles a ser y a querer a su club. Así comenzó Pedro a despedirse de su sentimiento segundos antes del homenaje en su estadio.

Y cuando ya todos pensábamos que el árbitro iba enmudecer no sólo sus palabras sino a toda la afición dando paso con su silbato al minuto de silencio, ocurrió. Yo no sabía que lo harían. Y los suyos lo hicieron. Espontáneo, insólito y honroso: el aplauso. Cuarto instante.

El Ciutat de València se puso en pie, amordazó el minuto de silencio y desde el primer segundo aplaudió su levantinismo, su legado, su bandera, su voz, su sonrisa, esa que fue el alma de la histórica portada de este diario, Superdeporte, el nueve de marzo de 2023. La primera página completa de un periódico para la foto de aquel joven aficionado de 15 años que celebraba junto a la palmera de Vallejo el primer ascenso de la historia de su club a Primera División.

Y el silencio habló. No sabía que todo el estadio aplaudiría hasta que comprendí que en ese instante el levantinismo decidió con su emotiva ovación dejar volar definitivamente a uno de los suyos, a Pedro Catalán Aznar, del Ciutat al cielo.

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