Aquí no se rinde nadie

Ahora toca apoyar a muerte a los jugadores e intentar por una vez unir antes que separar

Ahora toca apoyar a muerte a los jugadores e intentar por una vez unir antes que separar

Ahora toca apoyar a muerte a los jugadores e intentar por una vez unir antes que separar / JM López

Dani Meroño

Dani Meroño

Luchar hasta el final. No contemplo otra forma de entender la vida sea cual sea el ámbito. Hasta que la realidad o las circunstancias te indiquen lo contrario, hay que seguir peleando para conseguir lo que uno se propone o necesita. Siempre. Hasta el final. Eso es lo que tiene, debe y va a hacer el Valencia CF. No le queda otra.

Y es que el otro día me preguntaban en la radio mi opinión sobre un hipotético descenso del Valencia CF a Segunda División. Si bien es cierto que es una buena pregunta, -y muy pertinente viendo la tesitura en la que se encuentra el club- me cuesta responderla porque me niego a arrojar ya la toalla y pensar que bajamos. Evidentemente sería un drama y es un peligro muy real, pero quiero creer que se puede y se va a conseguir la permanencia ¿Qué argumentos tengo? Ninguno -siendo honesto-, pero no me hace falta. Tengo fe y soy muy pesado. Creo a ciegas en la unión entre afición y equipo; y no debemos parar de apoyar a estos futbolistas para que nos saquen de donde Meriton nos ha metido. Un vestuario que ayer recibió un chute de motivación más importante de lo que creemos con la victoria ante el Elche.

El equipo jugó mejor de lo que imaginábamos con tres centrales, ordenado, sin florituras pero apenas sin errores. Y es que ahí está la clave: no cometer errores. Siempre me han dicho que más vale hacer una cosa bien que intentar a la vez 10 cosas mal. Y eso es el Valencia CF hoy en día. Un equipo que tiene que hacer lo justo y necesario, pero hacerlo bien.

A veces hay que jugar como un pequeño para ganar como un grande. Una máxima que el Valencia CF ¡ puso en práctica, saliendo con la humildad y la necesidad de un equipo en horas bajas que por fin dejó el caché, el ego y la desidia en el vestuario para luchar por tres puntos vitales en lo que resta de temporada.

Si bien es cierto que no se ha hecho absolutamente nada, el chute de moral a la plantilla es evidente. La satisfacción de quitarse esa mochila que cargaba sobre las espaldas de los futbolistas de ser incapaces de ganar un partido se diluyó una vez acabada ya la primera parte. También ayudó un Elche que fue de más a menos. Un equipo que con Beccacece piensa más en la próxima temporada que en esta.

Pero es que el partido se ganó casi antes de empezar. La afición hizo un desplazamiento y recibimiento antológico que se recordará en futuros años. Una acogida y ambiente en el Martínez Valero digno de la misma final que jugamos justo hace un año. Caprichos del destino, un año después peleamos otra final por no descender.

Por mucho que la gestión deje mucho que desear, por mucho que los árbitros nos vapuleen, por mucho que el ánimo esté por los suelos viendo cómo se dan los partidos… nadie dijo que ser del Valencia CF fuera fácil. ¿Qué dirían nuestros abuelos si arrojáramos la toalla? ¿Qué pensarán nuestros hijos e hijas si ven que no luchamos? Por eso pienso pelear. Y ojo, no está reñido criticar la gestión de Meriton con apoyar a muerte al equipo. Y, aunque la prioridad es salvar al equipo del descenso, el objetivo de que vendan y se marchen debe continuar.

Por eso ahora toca apoyar a muerte a estos futbolistas, intentar unir antes que separar -aunque sea por una vez en toda la temporada- y no darnos por vencidos hasta que las matemáticas digan lo contrario. Aquí no se rinde nadie.

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