Lim-pieza

Meriton nunca respetó las reglas del juego. Desde el amaño del proceso de venta hasta el día de hoy 

Layhoon con Javier Solís

Layhoon con Javier Solís / Francisco Calabuig

Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

Meriton nunca respetó las reglas del juego. Desde el comprobado amaño del proceso de venta, con la colaboración especial de sus comerciales de aquí, hasta el drama del último partido del Villamarín el domingo. Peter Lim se ha convertido en un pedazo tóxico de la historia del Valencia que sigue dejando de una pieza a todo el valencianismo. 

Se puede seguir soñando con que Elon Musk se enamore de Mestalla y que Tesla pase a ser el patrocinador del club. Porque si al final viene con 4.500 millones para su gigafactoría en Cheste, lo del Valencia es calderilla. Incluso le dejaríamos asociar el nombre, porque si existe el Bayern de Múnich, el Tesla de Valencia no sería menos. Las elucubraciones son libres y gratis, como también hablar del dinero de los demás. Hasta que te despiertas.

La realidad es que Meriton ha pagado primas por la permanencia, que algunos jugadores de la plantilla intentaron festejar la salvación y que en Mestalla se celebran los empates ante conjuntos que hace poco no eran de la liga del Valencia. Que el equipo está a la altura del Almería, Cádiz o Getafe. Qué los proyectos como Villarreal, Real Sociedad, Athletic o Sevilla están a años luz del Valencia, y otros clubes como Mallorca, Osasuna, Girona, y Rayo ofrecen mejor gestión que la de Peter Lim.

Sé que nadie quiere ser pobre, que la alegría e ilusión se disparan cuando la competición se va de vacaciones, pero llevamos bastantes temporadas para confirmar que nada se puede esperar de Meriton. Nadie cree ni en el perdón, ni el propósito de enmienda. Se sabe que antes de armar una plantilla que como mínimo no sufra como este curso, la factoría Mendes-Lim está ofreciendo a Gayà y Mamardashvili. Qué la única opción para el banquillo es Baraja, al que también engañarán a la mínima, y que los únicos refuerzos vendrán tarde y mal, en forma de cesión o de jugadores descartados.

Baraja no es el entrenador que necesita el Valencia, aunque se ha ganado su continuidad. El mejor favor que puede hacerle al valencianismo es negarse a seguir con Meriton en las actuales condiciones. Ahora no le faltarán ofertas, porque él mejor que nadie sabe como de podrida está la estructura deportiva, y la tipología humana de unos futbolistas anodinos y sin ninguna profesionalidad. Pero no le van a dejar mandar, ni tampoco señalar a esos jugadores que llegan en estado lamentable a Paterna, día sí y otro también. 

Un informe rápido sobre la plantilla actual constata que solo tienen la seguridad de seguir ocho de veinticinco, y todos son de la cantera, o ya sin mercado. El problema es que Mendes va a volver a llenar el equipo de su catálogo de promesas o prejubilados. Meriton solo necesita destituir al tal Corona y contratar un director deportivo de solvencia, además de comunicar que la influencia del intermediario portugués ha llegado a su fin. Pero no lo hará, como sabe toda la ciudad.

Queda el derecho al pataleo, la nueva protesta organizada por Libertad VCF. Reconozco sus buenas intenciones, pero no sirve de nada, y menos ahora, con el cambio de gobiernos en la Generalitat y el Ayuntamiento. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Y no es prudente ir camuflado eternamente, como dijo el poeta.