Lo del verano pasado no puede repetirse

Dicen que cada uno recoge lo que siembra y en el fútbol no tiene por qué ser diferente. El caso del Valencia CF es cuanto menos curioso: siembra poco y mal, por lo tanto recoge poco y mal. Prueba de ello es el mal y tardío trabajo que hizo el verano pasado, que a la postre casi termina con el descenso del equipo a Segunda División.

Operaciones a destiempo y con la temporada empezada, como la marcha de Carlos Soler, llegaron ya sin margen de reacción para buscar recambios. Muchas de las altas tampoco se produjeron en los tempos adecuados. La incorporación de Kluivert, por ejemplo, se ejecutó dos semanas más tarde del inicio de la competición. Este verano no puede repetirse. El ‘modus operandi’ debe ser el de moverse rápido y con acierto, marcándose como prioridad cerrar la plantilla antes de comenzar LaLiga. Si las condiciones deportivas, económicas y sociales del club ya son complicadas... no hay que echarse piedras sobre el propio tejado.

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