Sobre Pepelu

El jugador de Dénia está bien rodeado, sabrá gestionar los tiempos y nadie le va a pedir que deje de ser levantinista

Pepelu

Pepelu / Francisco Calabuig

Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

Nadie mejor que Quico Catalán para demostrar que el fútbol ni es pasado, ni futuro. Solo presente. Sin su paso al frente hace 15 años, el Levante igual ya no sería un club, ni mucho menos valenciano, pero eso ningún aficionado granota se lo agradecerá. Con más aciertos que errores ha salvado a la entidad de la desaparición, primero, y luego de los fondos buitres. Todo un mérito que solo se le reconocerá si las cosas empeoran, como pasa en el vecino. En cualquier caso, el presidente es uno de los tipos más cabales del mundo del fútbol que he conocido, y llevo unos cuantos saludados. El tiempo hará más magnánima su gestión al frente de una institución que ha levantado su reputación al máximo.

Dicho esto, y sin rasgarse las vestiduras, es lógico y normal que el Valencia haga todo lo posible para fichar a José Luis García Vayá, Pepelu, porque es un buen jugador con mucho futuro y Mestalla se antoja como un destino perfecto para consolidarse en la élite. Además, juega en una de las posiciones que más necesita reforzar Baraja, mediocampista. Aparcar sentimentalismos es la primera regla de oro del fútbol moderno, así que entiendo a los granotas que pueden ver en su posible traspaso al enemigo íntimo como la puntilla a su cruel destino tras el trágico desenlace del ascenso. El eterno amor a unos colores o el agradecimiento por la formación y el escaparate son de otras épocas, mejores o peores, según las circunstancias. 

Las palabras de Catalán sobre Pepelu en el día que anunció su despedida fueron la de un dirigente responsable que sabe cómo está el negocio y que la recaudación de su fichaje se antoja clave para la supervivencia económica del club, con unas justas palabras llenas de cariñoso agradecimiento al futbolista de Dénia y a su familia. Me consta que el jugador está bien rodeado, así que sabrá gestionar los tiempos, y nadie le va a pedir que deje de ser levantinista. Conocer la ciudad y saber lo que significa Mestalla también resulta esencial para el equipo que quiere armar Baraja, que según pasan los días comprueba lo difícil que lo pone Meriton para construir una plantilla para no sufrir.

En situaciones normales, el Valencia también podría meter en la operación a algunos de los canteranos que han despuntado en el tramo final del curso. Tener minutos en una categoría tan exigente y competitiva en un buen equipo de Segunda siempre ha dado resultado. Recuerdo al joven Silva cedido al Eibar por Subirats, cuando en Paterna había una secretaría técnica competente. Aprovechando la circunstancia, también iría a por Jorge de Frutos, un extremo que si el Valencia no estuviera en manos de Jorge Mendes ya debería haber jugado en Mestalla esta temporada.

Pepelu y De Frutos, ese es el actual mercado al que nos ha condenado Peter Lim, el que venía a hacer la mayor transacción del fútbol mundial. En cualquier caso, hay que aprovechar la circunstancia para dejar los experimentos de Mendes, como el de Yunus, y traer a futbolistas que al menos sepan dónde está el Valencia en el mapamundi futbolístico.

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