Cuando un sevillano te da lecciones de valencianismo

Marchena es una de esas leyendas del Valencia que no tienen lona

Marchena y Baraja

Marchena y Baraja / F. Calabuig

Toni Hernández

Toni Hernández

Carlos Marchena es una de esas leyendas del Valencia que no tienen lona. Y ni falta que le hace. Marchena, desde sus tiempos de jugador, ha demostrado que por la vida se va con hechos y de cara, y que lo demás son adornos meramente ornamentales. Hace unas semanas se hizo oficial que no seguiría al lado del Pipo en el banquillo de Mestalla, y justo en ese instante se desataron todo tipo de teorías de la conspiración a costa de Carlos. Una larga lista de oscuras elucubraciones que no se desmintieron en ese momento porque el sevillano no habla casi nunca.

Sin embargo, hace unos días, Marchena daba una entrevista a Relevo en la que dio una lección de valencianismo de la que todos deberíamos aprender de la primera letra a la última. Con naturalidad y con sinceridad llamó a las cosas por su nombre, no dejó de tocar un solo tema y, sin buscarlo, dejó en paños menores muchas de esas posturas que hasta ahora eran poco menos que dogmas de fe. Y no creo que ahora venga ningún iluminado a decir que Marchena es un blanqueador, porque eso ya sería el colmo de la desfachatez. «El Valencia es muy complicado porque no se habla de fútbol. Se habla de Meriton, de las críticas, de manifestaciones... Todo ese ruido perjudica». Lo dice Carlos Marchena, no yo, pero no le quito ni una coma, porque tiene más razón que un santo; él lo ha vivido en sus propias carnes y teniendo un sentido de pertenencia igual que el de cualquiera de nosotros. Muchas veces mezclamos el club con la empresa de Peter Lim de forma torticera e interesada y eso, junto con el bajón brutal del nivel de la plantilla por las múltiples nefastas decisiones que se han tomado desde Singapur, ha acabado generando una mixtura de la cual ya hemos visto los resultados.

Claro que no hablamos de fútbol. Porque no interesa. Porque aquí estamos a otra cosa. Y sí, Lim es el único culpable. Él es quien nos ha hundido en la miseria y a quien no le da la gana invertir y a quien parece que le demos igual o, peor, que nos quiera en el fondo del mar. Pero dos cosas: la primera, que si compró fue porque le vendieron, y porque antes hubo otros que también vendieron para que unos pocos se hicieran con las acciones. Y la segunda, que el Valencia, nuestro equipo, siempre estará por encima de Peter Lim. Y por cierto, Manolo Llorente, que para muchos es el oráculo de Delfos, decía la semana pasada que «esta es la situación que han querido los valencianistas, hay que acordarse de cómo recibieron a Peter Lim».

En la entrevista Marchena da la cara por Ochotorena, por Voro (figura denostada), por Chema Sanz (del que habla maravillas), y desmiente que en el vestuario haya ninguna preocupación por el tema del cobro. También dijo que no hubo el más mínimo problema con Baraja, el cual será siempre su amigo. Y que no se sintió engañado en ningún momento y que siempre trabajaron de forma libre. Y también habló del ruido que hace que en Valencia no se hable de fútbol y de cómo eso perjudica en sumo grado al equipo, esté quien esté.

No soy amigo de Marchena. Entre nosotros siempre ha habido una relación correcta y, cuando hemos coincidido fuera del binomio periodista-jugador, ha habido cordialidad. Con esto quiero dejar claro que ni me debe ni le debo, y que por eso puedo decir bien alto que esta entrevista, por la que doy la enhorabuena a Relevo, es para que se imprima y se pegue en la mente de cada uno de nosotros, de todos aquellos que piensan que sólo hay una verdad y que los que no la siguen son unos mamadores. Ojalá hubiera muchos tipos como Marchena en el Valencia. Y como Baraja, Ochotorena, Voro, Arias, Bossio… esos que saben dónde están, esos que ponen el escudo por encima de quien mande y que jamás dirán una mala palabra de la institución. Muchos empleados valencianos que se dejan el alma cada día por hacer un club mejor. Muchos valencianistas que sólo saben pensar en lo mejor para el Valencia.

Esto no tiene nada que ver con Lim, esto tiene que ver con nosotros. La semana pasada, por ejemplo, hubo a quien tampoco le vino bien que firmáramos a Pepelu, o que corrigiéramos el excedido en el FPF, o que se llegara a un acuerdo para cobrar, ya, unos buenos millones por Neto. Y si, por supuesto, lo de Kang in Lee es una metedura de pata histórica, que tiene muchos padres, por cierto, pero sólo un damnificado: el Valencia.

Afortunadamente, esos valencianistas que hemos estado callados y aguantando carros y carretas, cada día hablamos más alto. Y también los periodistas que se han cansado de los sinsentidos y que por ello reciben amenazas. No, la dictadura se va a acabar.

Gracias, Carlos Marchena. Gracias otra vez.

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