Silencio

¿Saldrá Layhoon ahora a dar explicaciones de su concreta situación?. Siguen las miradas leoninas de póker y el humo lo envuelve todo.

Sergio Arlandis

Sergio Arlandis

El silencio lleva a la reflexión, si ese tiempo se emplea más en analizar que en conspirar, argüir, tramar u otorgar. No significa resignarse tampoco. Pero puede servir de coartada perfecta para que otros vayan haciendo su camino, vayan forzando la maquinaria y acaben ejecutando todos sus planes, uno a uno, desde la nocturnidad que da, a veces, ese mismo silencio. No se trata de filosofar ni de poetizar lo que está ocurriendo en el Valencia CF sino de entenderlo, en su complejidad y entender también todo aquello que ocurre alrededor de varias fuerzas que están obligadas a negociar, lo que sea, sí, pero a negociar.

De momento, el club es quien está liderando esta partida de silencios y de mensajitos, pensando que la sartén la tienen cogida estos de Meriton. El Ayuntamiento debo entender que está jugando sus cartas y no sabemos si realmente tienen la jugada ganadora o si va de farol: y esto no es una crítica, sino una reflexión que nos puede salir muy bien o muy mal al valencianismo. Y ojalá que sea la primera opción. Luego está Meriton, que siempre va de farol y luego es capaz de sacarte hasta las entrañas con una simple pareja de algo, de lo que sea, como hizo para comprar el club. Todos se miran, mientras que el valencianismo espera una sola palabra que sea certera, auténtica, y nos permita ver competir y jugar donde realmente nos gustaría ser listos y habilidosos: en el campo.

Se juega con la alevosía de los egos, como es lógico, pero también con la incertidumbre de qué pasará si la cosa sale mal por algún lado. ¿Ha pensado esto Solís cuando habla y avanza lo que el resto de la mesa no se atreve a afirmar? Sinceramente, está forzando la jugada, la está estirando para que todas las partes no tengan más narices que dar la mano por perdida y echar hacia adelante. Por eso dice aquello de que la ciudad necesita este campo… y no es así: lo necesita el Valencia CF porque de su negligente gestión sigue emanando un olor que echa para atrás y porque tiene bien claro que el campo lo pagará el club con sus derechos de televisión hipotecados para bastantes años, pero el beneficio que pueda derivarse de ello irá a parar a la cuenta corriente de Lim

En la esquina de la mesa, el Pipo habla alto y claro. Y también sabe que debe callarse muchas cosas, porque está todo el mundo jugando con un dedo puesto en un gatillo, por si acaso alguien sale y dice lo que no toca que afecte al gran conspirador en la sombra. Falta luz en esta partida. Hace lo que puede con lo que tiene: eso ya dice mucho.

Guarda silencio el Señor Corona ante lo que ha vuelto a ser una negligente gestión deportiva de la plantilla: lo bueno se lo ha encontrado gracias a la valentía/necesidad de Baraja cuando sacó a Guerra, López, Pérez y compañía. Son los que están tirando del carro, porque la voluntad de Canós, que tiene toda mi admiración, le ha hecho perder mucho tiempo de formación que le está pasando factura: el estrés, la falta de rodaje, la exigencia de nuestra liga…eso hace que el músculo colapse. Ocurre cuando te incorporas tarde, muy tarde, a una plantilla. A Amallah le pudo el ansia de ganarse rápido un sitio y ponerse al día porque, sinceramente, se ve muy titular a poco que apriete. Luego el fichajazo de Cenk, que está demostrando que es un inversión segura, aunque no sabemos para quién.

Y Yaremchuk, que ya está demostrando por qué vino al Valencia CF: porque, con estas prestaciones (sin buen juego aéreo, sin buen juego de espaldas, sin capacidad para incomodar a nadie, sin velocidad, sin capacidad de remate certero, etc.), pocos equipos de cierto nivel lo tendrían en su radar. Y vino al final de los tiempos y con eso volvemos otra vez a eso que se llama «planificación» ya que, entre que se adapta, que coge ritmo y forma, que entiende cómo se funciona, que asimila el ritmo del juego de nuestra liga y un montón de cosas más, pues como que el chico se pierde casi cuatro meses de competición y te plantas con medio campeonato en marcha sin que pueda aportar gran cosa. Aunque viendo cómo articula Corona sus argumentos, a lo mejor nos sale con que se trata del fichaje de invierno.

Se sigue guardando silencio a la hora de valorar la estructura de la plantilla, pero es que, desde Meriton, se juega muy bien esta manga y todo pasa, y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, camino sobre la mar, que dijo el gran Antonio Machado y que se aplica muy bien a toda esta estrategia de no decir nada, nunca. ¿Saldrá Layhoon ahora a dar explicaciones de su concreta situación? Siguen las miradas leoninas de póker y el humo envuelve (con otros en la partida habría algún licor, eso seguro) la situación, el contexto, mientras el valencianismo se mira, perplejo, y no entiende que su sentimiento esté en medio de una mesa de juego, como motivo de apuesta de las partes: es el doble filo de un club histórico que debe mirar de reojo al Deportivo de la Coruña, a un punto del descenso ya en Primera Federación. Y ahí entró Mendes y toda esa estructura que sabe articular tan bien.

Todos callan, porque quien diga una palabra hará que la rueda vaya para un lado u otro y entonces ¿qué? No es un club lo que está en juego: es patrimonio de un colectivo enorme de gente, soñadora, que necesita de su equipo para darle también un color a su vida, a sus recuerdos y esperanzas. Son miles de sentimientos, de emociones, de miradas, de aplausos o pitidos, de pañuelos y de bufandas… no son números, no son estadísticas, no son capital amortizado, amortizable, invertible, renegociable…eso es tan frío como un silencio, sin más. ¿Y qué es más cierto lo que dicen o lo que callan?

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