Macaulay Culkin y el ejemplo de Nico Terol

Con la misma constancia que el último campeón valenciano, Masià tiene a tiro el Mundial 

Jaume Masiá celebra una victoria con su equipo

Jaume Masiá celebra una victoria con su equipo / Leopard Racing

Jorge Valero

Jorge Valero

Si nada se tuerce en las dos carreras que restan, el motociclismo valenciano debe de tener un nuevo campeón del mundo en la figura de Jaume Masià, quien está llamado a coger el testigo de Nico Terol 12 años después. Un ejemplo que, tras atravesar un bache de resultados y anímico en su meteórica carrera, le ha servido para mantener la calma y armarse de paciencia a la espera de su gran oportunidad para ser campeón.

A Nico le costó siete años cumplir su sueño de 125 c.c. y a Jaume le puede llegar el premio después de seis temporadas completas en el Mundial de Moto3. Un éxito que aún debe certificar este fin de semana en Losail (Catar) -si gana será campeón si Sasaki no hace podio-, o la próxima semana en Cheste, ante su gente y en la última carrera del Mundial. Un escenario perfecto para ser campeón, pero también con una presión añadida que podrá evitar si gana el título este fin de semana, aunque a veces sea mejor no ir más allá y centrarse sólo en la próxima carrera, como si nada hubiera en juego. Y visto lo visto esta temporada, no parece que Masià vaya a perder la calma ahora que toca con los dedos su gran sueño.

Se le ve más maduro, más regular y constante que nunca, seguro de sus posibilidades y concentrado desde los primeros entrenamientos de cada gran premio, con la madurez de un joven de 23 años pero que debutó hace siete en el Mundial. Hasta entonces, su carrera había sido como la de tantos otros fenómenos que van saltando categorías por su enorme talento, pero en su caso, tras un par de años duros por lesiones y malos resultados, supo frenarse a tiempo para reencontrarse consigo mismo en el equipo de la Cuna de Campeones. Allí se sintió valorado, arropado y con menos presión de la que venía arrastrando hasta entonces. A la segunda carrera ya tuvo ofertas del Mundial y un año después ya dio el salto, pero con las ideas claras, como las tenía Nico Terol.

Ya entonces se le conocía en el paddock como Macaulay Culkin por su gran parecido con el actor que protagonizó ‘Sólo en casa’. Un apodo que le hacía gracia y que le llevó a lucirlo tanto en el casco como en el mono, haciendo gala de su buen humor y simpatía. Pero si algo cambió en él fue la calma con la que empezó a gestionar su carrera. Lejos de obsesionarse con ir subiendo peldaños en el camino hacia MotoGP como la mayoría de pilotos de su talento, prefirió ser constante y afianzarse entre los mejores de Moto3 para intentar ser campeón. Sin prisa pero sin pausa hasta verse fuerte para ganar el Mundial y dar el salto a Moto2, ya con contrato firmado para el próximo año. Atrás quedan sus años corriendo con lastre por su poco peso y su mala suerte con las lesiones. Gane o no el título, su temporada y su carrera merecen un reconocimiento y lo tendrá en Cheste.

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