La verdad es que este no es el peor VCF de la historia

Exagerar una realidad que ya es dura de por sí no tiene sentido salvo dar todavía más lástima

Yaremchuk felicita a Hugo Duro tras su gol en el Bernabéu

Yaremchuk felicita a Hugo Duro tras su gol en el Bernabéu / EFE

Toni Hernández

Toni Hernández

Este no es el peor Valencia de la historia. Y en ningún sentido, además. Y me da igual lo que se está diciendo al respecto porque, esencialmente, no es cierto. Verdad sólo hay una, y mucho mejor nos iría a todos si supiéramos aceptarla. Exagerar una realidad que ya es dura de por sí no tiene sentido alguno, no más allá de querer que sea todo un poco más agónico, más dramático. O para dar un poco más de pena, como si eso sirviera de algo. Las miserias para los miserables, no para el Valencia. Lo digo muy enfadado, muy encendido, porque encima los que osamos decir las cosas como son somos tachados de vendidos, somos insultados y señalados.

Sin embargo conmigo tienen un problema. Que me da igual. Y mucho. A mí no me da la gana tragar con todo esto y pienso seguir diciendo lo que pienso. La etapa de Meriton en el Valencia tocó hace tiempo a su fin, pero este fin no se hará definitivamente realidad de inmediato, porque nadie va a comprar las acciones ahora. Y no olvidemos que si Meriton está aquí fue porque se les vendió el club a causa de la mala cabeza de muchos dirigentes valencianos. Y también porque muchos valencianistas decidieron vender su alma al diablo por 600 o 700 euros… «porque total, con una acción tengo el descuento del pase». Pero no quiero recordar obviedades incómodas sino hablar del presente, que, aunque es muy duro, todavía lo podemos hacer aún más duro. No es el peor momento social de la historia, ni de lejos. Yo he visto a gente pegarse en la puerta de Mestalla, he visto cómo asaltaban casas, cómo se amenazaba y se asaltaba en plena calle. Y tampoco es el peor momento económico, que aquí ha habido épocas en las que no se ha podido pagar la luz, no se pagaban las nóminas y hasta había hoteles en los que no te dejaban entrar si no abonabas antes de hospedarte. Y no es el peor momento deportivo: algunos parece que no se acuerdan, y otros no habían nacido, pero en 1986 bajamos a Segunda División.

El club no está secuestrado, lo compró un señor porque se lo vendieron. Un club que estaba en la más absoluta ruina y al borde de la suspensión de pagos. Si afirmamos cosas como esa, y utilizamos esos términos, estamos exagerando un presente que ya es muy duro, muy desagradable e impropio de una institución como el Valencia Club de Fútbol. La realidad es la que es y no hace falta darle tres vueltas más a la agonía, que ya tenemos bastante con lo que tenemos.

Sé que estoy arriesgando, sé que me va a llover de todo y sé que los de siempre me van a señalar, pero también sé que digo la verdad. Ya está bien de hacer de los males del Valencia una forma de vida y de atacar a los que decimos que la cosa está fatal pero que las soluciones son otras porque las empleadas hasta la fecha no han servido para nada, no han resuelto nada y no han mejorado nada.

Todo lo que rodea al Valencia está mal, siempre, y eso me cansa. Y de hecho cansa a la mayoría de valencianistas. Y eso no significa que la gente deje de pensar que es Lim quien ha llevado al club a una situación que en muchos aspectos no tiene sentido ni justificación ni perdón de Dios. Los que sólo viven del titular hasta aquí no llegarán, pero las cosas han de decirse todas, por más que las que no convenga que se sepan se silencien. Mientras Rafa Marín me deje seguiré siendo «el raro de SUPER»; no por llevar la contraria a nadie, sino por decir lo que pienso y lo que me parece correcto. Por lo visto, en estos tiempos, a eso se le llama ser cobarde. Vaya vergüenza.

A muerte con Baraja y con su plantilla, porque dan todo lo que tienen (que ojalá fuera más). No voy a justificar nada y exigiré lo mismo que les pida el entrenador, que para eso es quien mejor los conoce. Como leí a alguien este fin de semana (no recuerdo a quién), «una buena racha de resultados no cambia mi opinión sobre Lim y una derrota dura en el Bernabéu no cambiará mi opinión sobre el equipo y Baraja». Es muy fácil de entender, ¿no? Bueno, pues esta semana ya os avanzo que será de palos para los que mandan aquí, para los fichajes, para los que intentemos aportar algo de cordura y no más gasolina y para quien haga falta que sea apaleado. Lo de siempre cuando se pierde. Lo de siempre.

Y para terminar quiero mirar al cielo. Han sido unos días muy duros. El pasado viernes fallecía un gran valencianista que además era una grandísima persona y un grandísimo amigo. Toni Leal, el doctor Leal, con 46 años, cuatro hijos, y una familia inmensa además de toda la gente que le adoraba, se iba en paz. Buen viaje, querido Doc. Tu memoria seguirá viva siempre en nuestra casa porque cada vez que miremos a nuestra hija recordaremos que fuiste tú quien la trajo al mundo. Te quiero mucho, Toni. Te queremos mucho. Descansa en paz.

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