Un Valencia campeón para una afición campeona

El discurso del club no parece estar alineado en construir los hitos que sueña el técnico

La afición acompañó al equipo en su vuelta a los entrenamientos

La afición acompañó al equipo en su vuelta a los entrenamientos / F. Calabuig

Pau Pardo

Pau Pardo

Cada día que pasa y cada oportunidad que tiene el valencianismo se supera a sí mismo. Da igual que el Valencia juegue en casa, que lo haga fuera o que se ponga a dar pases en un rondo. Allí habrá una nutrida presencia de aficionados preparados para darle apoyo y aliento. Esta temporada lo ha demostrado en días festivos, laborales, en horario nocturno o a primera hora de la tarde. Con un calor irrespirable o en una noche más fría. Rubén Baraja lo sabe y se aventuró a transmitir al valencianismo su intención de hacer del Valencia un equipo «campeón».

Aunque lo tenga casi todo en contra, el Pipo quiere devolverle toda su gloria al escudo del Valencia, le cueste lo que le cueste. Una empresa para la que está sobradamente demostrado que tendrá detrás a la afición, pero para la que le falta el apoyo más importante: el del club. Porque si en la entidad no comparten su visión ambiciosa de lo que debe ser el Valencia es imposible llegar a construir un equipo que pueda volver a ser «campeón».

Y viendo el discurso institucional de Layhoon y compañía no parece, para nada, que estén alineados en conseguir los mismos hitos con los que sueña el valencianismo y su entrenador, por lo que aunque suene repetitivo, la única solución es un cambio en la mayoría accionarial que me gustaría, por pedir, que no viniera acompañada con un cambio en el banquillo. Baraja es el hombre. Un técnico campeón.

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