Levante, es tu momento

La sexta plaza tiene que ser un punto de inflexión, pero sobre todo también de asentamiento

Bouldini, celebrando un gol con el Levante

Bouldini, celebrando un gol con el Levante / SD

Juanma Romero

Juanma Romero

El talento, la garra y el Ciutat hicieron posible arrancar con un triunfo la segunda vuelta del campeonato liguero. Pese a que, como ocurrió ante el Huesca, parecía que la faena más importante ya estaba casi hecha al descanso, el equipo se volvió a enredar, a complicar la vida y a hacer sufrir a su parroquia tras dilapidar una ventaja de dos goles que en el fútbol actual es un botín de lujo. Todas las cabezas vaticinaban un posible descalabro tal y como se estaban viendo las cosas en el césped, pero la acertada entrada al partido de Sergio Lozano, la electricidad de Brugué y la eficacia de Bouldini consiguieron dejar en propiedad tres puntos que han devuelto al Levante a la sexta posición, ubicación que permitiría ahora mismo pelear por el ascenso. Aunque no es definitivo ni mucho menos, retornar a ese puesto de honor es un gran logro, teniendo en cuenta el bajón con crisis incluida que tuvieron el bloque y Calleja. Esto ha demostrado que el Levante tiene capacidad de mejora y de reacción ante las adversidades, capacidades ambas que pueden ser decisivas en el momento de la verdad.

No me gusta individualizar en nadie, pero creo que es justo reconocer la aportación y la subida de nivel al colectivo que por ejemplo ofreció Dani Gómez. Su regalo en forma de asistencia a Pablo Martínez fue de un nivel de Primera División. Superado su momento de relación chocante con la grada, el delantero se ha afianzado como un futbolista clave para Calleja y lo ha hecho por rendimiento e implicación. Esperemos que siga así. Precisamente su compañero de fatigas en la delantera, Bouldini volvió a anotar, y además por partida doble. El ariete marroquí es uno de los mejores en su demarcación de la categoría. Penalizado por la irregularidad, su salida del once fue la consecuencia más directa. Con ánimo renovados, el gol es el mejor antídoto para que renazca y sea otro de los ‘aliados’ en pro del objetivo. El otro nombre propio para mí es el de Carlos Álvarez. Reconozco que en sus primeras comparecencias no me convenció. Quizás más por su perfil que por nada propio. Ahora, me ha enganchado. Verlo con el balón es una maravilla con una conducción vertical y toneladas de gusto a la hora de crear juego. Una gran noticia y un mejor descubrimiento personal. 

El Levante es más que estos jugadores, y por eso podemos decir con el altavoz a tope de volumen que este equipo puede dar una enorme alegría al final de la campaña. Con o sin refuerzos esta plantilla no tiene que mirar demasiado de reojo al resto, pero el camino ha de ser el de la ambición y la humildad. Rasgos casi naturales de aquellos que logran el éxito de manera continuada.

Alcanzar la sexta plaza ha de ser un punto de inflexión, pero sobre todo de asentamiento. El Levante ha llegado a este punto para quedarse y no caer. Con la disyuntiva social y económica al acecho, y de la que no hay que olvidarse, es el espectro deportivo el que hemos de hacer nuestro cada fin de semana con el aliento de esos valientes que se cruzan medio país para ver jugar a su equipo, o los miles que se dejan la garganta en el Ciutat cuando toca ejercer de anfitrión. El levantinismo ha de ser consciente que no se puede caer porque es el momento, el de todos.

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