Las carcajadas de Lim desde Singapur

Dicen que el máximo accionista todavía se está riendo y seguro que es así porque al final es lo que acaba haciendo con todos

Una imagen de archivo de Peter Lim

Una imagen de archivo de Peter Lim / SD

Rafa Marín

Rafa Marín

Lim condenó al Valencia CF a la pelea por no descender y si ahora se ha abierto la puerta a que sea por Europa es a pesar de él. La medalla de la Quinta del Pipo no se la puede colgar el máximo accionista. Tampoco nadie, absolutamente nadie, que no sea el propio Baraja junto a los chavales y la afición. Por eso es tan importante que el entrenador disponga de las herramientas necesarias para ponerse al frente de un proyecto ambicioso. Y para que eso ocurra es necesario dejar de vender a los buenos y además que los fichajes no terminen siendo los malos. Hay mucha tela que cortar y pocas cosas claras ante la imposibilidad de que los de aquí hagan de su capa un sayo ante los desplantes del de allí. Un trabajo, desde luego, complicado y que es el que realmente exige triples tirabuzones de espalda un día. Más aún en estos tiempos en los que es un hecho que el club está en fase de venta a la espera de que respire el Ayuntamiento o suene la flauta judicial de la ATE. Ningún desenlace, sin embargo, detendrá el final de Lim. Se marchará más pronto que tarde, con más o menos dinero por sus acciones pero ojalá que con el Valencia CF en una situación de menos ruina que a la que él lo ha condenado con su política no de austeridad sino de absoluta desidia. Que nuevamente se trate de dar normalidad a que la solución al pago de las fichas pase por pagarés, algo que desgraciadamente es cierto que también ocurría en otras épocas, es la realidad con la que toca desayunarse. Una foto en la que, para tirabuzón de los buenos, habrá que ver si no aparece otra vez la misma entidad financiera a la que se ha intentado desprestigiar por firmar la oferta de compra del exvicepresidente Zorío. Dicen al respecto que Lim todavía se está riendo a carcajadas en Singapur y seguramente así sea. Sin embargo, lo que no está del todo claro es de quien lo hace en el fondo. Seguramente se ríe de todos, que es lo que al final termina por hacer siempre.

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