Mamardashvili: Proceso completado

La derrota de anoche en el Metropolitano ante el Atlético de Madrid nos demuestra que los aficionados debemos ir paso a paso

Mamardashvili, volando en el Metropolitano

Mamardashvili, volando en el Metropolitano / EFE

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

Madre mía. 2-0... y gracias. ¡Qué difícil! Qué difícil es ilusionarse con este Valencia CF. La derrota de anoche en el Metropolitano ante el Atlético de Madrid -un equipo a años luz de distancia merced a la desastrosa gestión de Peter Lim, Jorge Mendes y todos los hombres y todas las mujeres que tienen a sueldo en València- nos demuestra que los aficionados debemos ir paso a paso. Primero extraer el cáncer, sanar la enfermedad que nos merma desde 2015, empujar a los políticos para que, de verdad, colaboren a ver la luz al final de un túnel llamado Meriton. Y, después, ilusionarnos con fundamento. Con Lim pululando en el ambiente, lo de volver a Europa es una utopía.

Entono el ‘mea culpa’. Confieso que creía que este Valencia podía haber hecho más en Madrid. Pero no. Ya hacen bastante Baraja y sus jugadores. La octava plaza sí es un milagro. Tienen límites, y los que informamos y opinamos de esto somos los primeros que deberíamos verlos desde la objetividad y el realismo. Solo con cantera y un entrenador entregado, al Valencia 2023/24 no le da para competir cuando un rival como el Atlético se le pone serio. Hablábamos en la previa que el partido se presentaba como una prueba de madurez para todos los jóvenes de la quinta del ‘Pipo’. El único que superó ese test, además con sobresaliente y evidenciando que es un portero a la altura de la Champions, fue Giorgi Mamardashvili. De no ser por él, hubiese caído goleada.

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