Lay, el Valencia CF va también en tu sueldo

Existen decenas de teorías sobre Lim, unas con más fundamento que otras. Pero hasta la fecha no hay ninguna que aporte luz al misterio de porqué sigue siendo el máximo accionista de un club que le trae sin cuidado. En el mejor de los casos, esas teorías se limitan a cómo empujarlo para que se marche. Y en el peor, a toda una serie de divagaciones, sin entrar en el Juego de Tronos del estadio, sobre dónde está la frontera entre el Valencia CF y los dos Meriton, el de allí y el de aquí.

Teorías que con prácticas como las del mercado de fichajes terminan por quedarse cortas y que no son más que el reflejo de una situación extrema que repercute directamente en las protestas de Mestalla. Más allá del desenlace con Rafa Mir, una radiografía del todo insuperable, la situación deportiva más favorable en años no está sirviendo de nada. Al contrario. Las declaraciones de Corona, que contesta pero no sabe, o la desaparición en combate de Layhoon son el preaviso de que se acerca la fecha de caducidad de Baraja.

La presidenta puede tener firma, estar más de lo que antes estaba y hacer, pero ni le queda crédito ni la respalda el más mínimo hecho. Sin nadie al volante, el Valencia CF se limita a circular en una eterna rotonda. Y es ya cuando hay que empezar a planificar, máxime en una situación tan apurada. Sin embargo, no solo no se dan las condiciones, sino que nadie se mueve ante el riesgo que una vez más se viene y que está prácticamente encima.

No hay milagros todos los días. Y el último, sin Baraja, no habría ocurrido nunca. Así que ahora que ya lo está regulando, que alguien le diga a la presidenta que esto también va en su sueldo. 

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