El día después de la gran manifestación

Todas las semanas no se puede, pero hay que mantener las protestas y no cometer otra vez el error de bajar de golpe el pistón

Manifestación valencianista contra la gestión de Peter Lim

Manifestación valencianista contra la gestión de Peter Lim / JM López

Rafa Marín

Rafa Marín

El sábado pasaron muchas cosas buenas pero la mejor de todas, con diferencia, fue la manifestación. Un éxito de participación con el que quedó muy claro, tal como explicó el alma máter de Libertad, José Pérez, que las administraciones no pueden gestionar de espaldas a miles de ciudadanos como los que tomaron las calles. La protesta contra Lim, amén de por el recuerdo a los políticos de sus promesas, ha tenido un alto impacto en el Ayuntamiento de Valencia. Sin duda consecuencias directas que incluso se quedan cortas en vistas del éxito de la convocatoria.

Pero con la gran manifestación del 2-M no va a ser suficiente. La hemeroteca demuestra que a cada gran movilización social le sigue un vacío que Meriton aprovecha para recomponerse. Pasó después de los audios de Anil, que a la postre supuso el intento de reset con Layhoon. Y será parecido si el valencianismo se relaja y equivocadamente deja el trabajo a medias. Todos los días no se puede, pero casi todas las semanas sí que debería haber algún tipo de acción para continuar con el pico y la pala. Es lo menos que puede hacerse por el futuro del club o el empastre que supone la continuidad de Lim en una ciudad sin estadio nuevo y uno viejo en peores condiciones legales de lo que se cuenta.

La hora de la verdad en los juzgados, cuyo fallo ojalá que no se retrase, abre un nuevo escenario que puede terminar siendo un todo o nada pero que sin presión social corre el riesgo de convertirse en un más de lo mismo, bien porque a instancias de Meriton el camino se embarra o porque una sentencia en contra no de ningún político sino de la opinión de los técnicos da pie a una incertidumbre absoluta y al riesgo de que Lim acabe salíendose con la suya. El Valencia ha ganado el relato en la historia con Vinicius, los chavales de Baraja continúan a lo suyo pese al ‘roto’ con Diakhaby y el Madrid ha probado de su medicina. Pero el partido más importante hay que continuar jugándolo.

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