Opinión

'Oppenheimer' también parasita a 'Barbie' en los Oscar

La falsificación histórica sobre el padre de la bomba debe sus siete estatuillas al tirón comercial de la película realista sobre la equivalencia entre seres humanos y muñecas

Cillian Murphy, con su estatuilla.

Cillian Murphy, con su estatuilla. / EP

La misión fundamental de los Goya es tranquilizar a quienes no van al cine, que se ven reforzados en su religión al contemplar el espectáculo y los fragmentos de las películas galardonadas. El objetivo cambia en

, que han desahuciado al género operístico de la cumbre cultural. Nadie ha visto aquí tampoco más de la mitad de las películas nominadas, pero abandona el espectáculo con la sensación de que debería contratarlas. Sin ir al cine, por supuesto.

Los Oscar han homenajeado a la bomba parásita, según el plan previsto.

La inacabable 'Oppenheimer' se colgó de la vibrante 'Barbie' en la taquilla y en los premios. La falsificación histórica sobre el padre de la bomba, encarnado durante horas por un actor que desconoce cualquier matiz de su personaje, debe sus siete estatuillas al tirón comercial de la película realista sobre la equivalencia entre seres humanos y muñecas.

'Oppenheimer' solo acredita el Oscar a Robert Downey Jr., que se merienda al injustamente premiado Cillian Murphy en su parodia del científico.

Sin embargo, Ryan Gosling también merecía premio por el papel más exigente de Ken. Es un alivio que Lily Gladstone no obtuviera el galardón a la mejor actriz por estar tres horas enferma en 'Los asesinos de la luna', pero esta justicia histórica implica una estatuilla para Emma Stone por la insoportable 'Pobres criaturas'. Sería interesante conocer a un ser humano capaz de tragarse la epopeya neovictoriana de Yorgos Lanthimos en una sola sentada televisiva, las plataformas deberían divulgar el número de espectadores que abandonan sus películas antes del final. La única mejor actriz posible era Sandra Hüller por 'Anatomía de una caída', pero la justicia no funciona a prueba de bombas.

El desdichado monólogo inicial de Jimmy Kimmel, una prueba de que la falta de talento también es recompensada en Estados Unidos, servía de acertado presagio a nominaciones tan descabelladas como Mark Ruffalo, Carey Mulligan o Emily Blunt, que no se ven equilibradas por el Oscar de justicia a Da’Vine Joy Randolph, una excelente antagonista para Paul Giamatti en 'Los que se quedan'.

La zona de interés, 'Maestro' o la vacua 'Vidas pasadas' imponen el cine como asignatura obligatoria. En cambio, 'Barbie' devolvió la sala oscura a su condición de templo de comunión heterogénea. Durante apenas un par de horas, las nuevas generaciones se cogieron de la mano con sus predecesoras en un mundo sin bombas. Y estallaron en una carcajada.