Opinión

La lección que ha aprendido Rafa Mir

Esperar a Peter Lim le ha costado la vida. Lleva dos meses sin entrar en las listas

Rafa Mir en la ciudad deportiva del Huesca

Rafa Mir en la ciudad deportiva del Huesca / SD Huesca

Rafa Mir acudió ayer por la mañana a los campos de entrenamiento del Huesca para saludar a sus excompañeros. A los que quedan claro, que son tres. El delantero del Sevilla recordó viejos tiempos y, lo más importante para él, recuperó la sonrisa perdida y sintió el cariño que no tiene en Sevilla. El ritmo de partidos es tan frenético que casi no nos da tiempo a mirar más allá del Valencia. Pero lo que está pasando con el delantero es muy triste. Demencial. Denunciable diría yo. El mercado de invierno le está pasando mucha factura. Demasiada. Y no es justo. Su tortura dura ya dos meses. Dos meses de calvario sin entrar ni siquiera en una mísera lista de convocados de Quique Sánchez Flores. Ha dejado de existir para los de Nervión. Lo han dejado tirado como a un perro. Y dos son los culpables. No lo olvidemos. Peter Lim por irse a dormir en las últimas horas del mercado y el Sevilla por cambiar las condiciones pactadas y castigarlo por no aceptar una oferta del Trabzonspor una semana después del cierre del mercado español. Rafa se ha devaluado (solo 3 millones en la última actualización) y lo está pasando muy mal, pero no se arrepiente. Ni de esperar al Valencia. Ni de rechazar aquella propuesta turca. Sigue trabajando como un profesional y queriendo al Valencia como entidad a pesar de las dos intentonas frustradas. Pero ha aprendido una lección. Ya no se fía de sus dirigentes. Podrá una fecha tope. Y si no hay respuesta, hará su camino. Esperar a Meriton le ha costado la vida.

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