"Como una cabra, locos"

Muchas de los desgracias de los clubes, en especial del Valencia, se producen en tiempos de éxito

"Como una cabra, locos"

"Como una cabra, locos"

Rafa Marín

Rafa Marín

Nada más oportunista ni oportuno que recordar el trending topic de hace un año. Para mayor gloria de Murthy, el aniversario de su incunable sobre el entrenador-funcionario ha coincidido con la triunfal reaparición de Marcelino. Si el tiempo pone a cada uno en su sitio, al presidente del Valencia ya no hay quien le quite el suyo.

Además de dejar a Celades a la altura del betún, en aquella entrevista con The Athletic (no es guasa) dejó entonces más perlas. Algunas como esta: «Piensan que esta gente está como una cabra, que están locos, que por qué destruyen el proyecto. Pero el propietario tiene que proteger el club contra intereses a corto plazo». Hoy, mientras que el extécnico (Marcelino, no Celades) levanta el trofeo por el que le habría tocado pelear en Arabia Saudí, Murthy se mantiene como el presidente de un club que está como está y que con el mercado abierto sigue perdiendo oportunidades.

Ojalá que sean jornadas solo de aguantarse

Ojalá que sean jornadas solo de aguantarse

Con Lim encerrado en su juguete y sin más códigos que saltarse, la embriagadora imagen de Marcelino confirma también que muchas de las desgracias de los clubes se producen en tiempos de éxito. Es algo que ha ocurrido dos veces en el pasado reciente del Valencia, donde afloraron disputas cada vez que llegaron los triunfos, casi siempre por cuotas excesivas a la hora de arrogárselos. Por encima de otras consideraciones, es un hecho que la vanidad y los celos abocan al desastre.

La suerte en un contexto como el actual es que queden unos singulares mohicanos en forma de capitanes que son los que «a corto plazo» han alejado el precipicio del descenso. Ahora bien, en que la mejor racha de resultados haya coincidido con la ratificación de Javi Gracia, en rebelión desde el primer día contra el rol de funcionario, también hay tela que cortar. Y es que con su dimisión quedó en evidencia otra buena perla: «Bueno (los entrenadores) saben que ahí tienen la puerta y son libres de marcharse». Seguro.

Una temporada prácticamente en blanco

A la espera de que baje la espuma con Morales, la recaída de Campaña a los dos días de volver al grupo, algo para hacérselo de mirar, es otro golpe en la línea de flotación. El Levante ha sido capaz de sobreponerse a la merma deportiva que ha significado su ausencia, pero es normal que con esta vuelta a la casilla de salida esté preocupado por la económica.Tras una temporada prácticamente en blanco valdrá mucho menos que cuando lo llamó la selección, la última buena noticia allá por octubre con su futbolista mejor pagado. La comparación con Morales es apetitosa pero también injusta. Solo lo que ha venido después ha puesto en cuestión una operación arriesgada que aun así ojalá pueda dar resultados positivos. Esperemos.

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