El estreno fallido en Mestalla frente a la Real Sociedad pone de manifiesto la necesidad de un recambio específico para Dani Parejo en el Valencia CF. El equipo de Marcelino. Los donostiarras aprovecharon el desgobierno en mediocampo blanquinegro para dominar la posesión y generar ocasiones y llegadas al área de Jasper Cillessen que podían haberle costado más caro todavía a los intereses valencianistas.

El empate a un gol entre Valencia y Real Sociedad es el décimo partido que se ha perdido Dani Parejo entre los 108 disputados desde la llegada al banquillo de Marcelino García. Los valencianistas sólo han podido imponerse en cuatro de ellos, completándose el balance con otros cuatro empates y dos derrotas. Los datos aún son más preocupantes centrándose en exclusiva en la Liga, donde sin el '10' en el once los de Mestalla sólo sumaron los tres puntos en dos de 14 ocasiones. Desde el 3-0 endosado al Rayo Vallecano, en diciembre de 2014, el Valencia acumula siete partidos sin ganar como local en el torneo de la regularidad. En ese tiempo el recuento es de dos empates -Real Sociedad y Celta- y cinco derrotas ante Girona, Eibar, Real Sociedad, Celta y Atlético.

Las ausencias de Parejo condicionan en demasía al Valencia, durante años sin un sustituto evidente en su plantilla para cubrir un agujero que, afortunadamente, no se ha abierto más que en una decena de partidos en las últimas dos temporadas. En la pasada el futbolista de Coslada rozó los 5.000 minutos de juego repartidos en cuatro competiciones. Jugó en 56 de los 61 partidos oficiales del equipo. El sábado el Valencia de Marcelino expuso sobre el césped de Mestalla todas las carencias de una 'Parejodependencia' creciente conforme el jugador ha agrandado su figura como capitán y referente. Referente para el vestuario y referente para oxigenar el juego en cada partido. La baja por sanción -una 'chapuza' fomentada entre la Federación Española y el CSD- de su mediocentro creativo complicó la partida desde el inicio a los blanquinegros. Desde mediados de semana el entrenador tenía claro que la forma de sustituirlo sería con la entrada de Francis Coquelin

La fórmula encajó como anillo al dedo para una Real que no tuvo ningún problema para ser protagonista con la pelota a través de un 'trivote' más ofensivo: Illarramendi, en el medio, y Mikel Merino y Odegaard como interiores. Los dos equipos apostaron por una presión a todo campo, pero fue mucho más fácil para los realistas deshacerse de ella por una cuestión numérica y por la naturaleza más creativa de sus futbolistas en el centro del campo. Coquelin se multiplicó en los cortes, aunque en los momentos de elaboración la luces se le fundieron, más aún a Kondogbia. El cortocircuito, no obstante, también se trasladó hacia las conexiones más cercanas. Mientras en el Valencia solo funcionaron en contragolpes esporádicos, futbolistas como Oyarzabal y Januzaj participaron más en la construcción de juego que hombres como Rodrigo, Carlos Soler o Guedes.

Con Soler, mejores resultados

resultadosAl Valencia le faltó puntería y, sobre todo, fútbol para combinar en busca de la temida línea de tres cuartos o encontrar salidas por las bandas como en la acción en la que Wass asistió a Gameiro para el gol del 1-0. Dani Parejo es fundamental en misiones de este tipo y las simples estadísticas de posesión y número de pases -controladas en buena medida por los donostiarras- dieron fe de su no presencia en el campo. Pese a jugar como local, Marcelino prefirió esta vez descartar una alternativa más ofensiva como la de centrar a Carlos Soler. Curiosamente, el '8' ha jugado como organizador en cinco de las diez ausencias de Parejo en dos campañas, y con él ahí el equipo no perdió. Tres victorias -Alavés, Girona y Ebro- y dos empates frente al Celta de Vigo. La fortuna ha sido más aciaga para la pareja Coquelin-Kondogbia, protagonista en las derrotas ante Las Palmas y Girona... Hoy el club busca oxígeno en el mercado para la zona media.¿Es Rafinha esa solución para hacer de Parejo?