Gayà, el sexto defensa más ofensivo de Europa

A pesar de la mala temporada del Valencia a nivel colectivo, José Luis Gayà sigue demostrando que es uno de los mejores en su demarcación. El lateral de Pedreguer es uno de los clavos ardiendo a los que se agarra el equipo y ha sido en infinidad de partidos una de las principales armas ofensivas del conjunto dirigido por Rubén Baraja a pesar de partir como lateral. Incansable para subir y bajar la banda, está tirando del carro desde el césped para tratar de salvar los muebles. A pesar de la poca rentabilidad que se le está sacando por la alarmante falta de gol del combinado valencianista, lo cierto es que el capitán es uno de los laterales más productivos de Europa. El sexto, para ser más exactos. 

En las cinco grandes ligas solamente hay cinco defensores que hayan generado más ocasiones de gol que él: Kieran Trippier (91), Cristiano Biraghi (74), Trent Alexander-Arnold (58). Christian Günter (58) y Borna Sosa (52) son los únicos que han producido más ‘chances’ que el de Pedreguer, que ya ha generado un total de 49 en lo que va de curso. 

Hace muchas jornadas que al equipo se le fundieron los plomos en ataque. Los extremos, a excepción de Justin Kluivert, han sido muy irregulares y por la derecha Dimitri Foulquier no es precisamente un especialista atacando. En este contexto, el peso ofensivo de Gayà se ha multiplicado. Por volumen de centros y de internadas, poco aprovechadas por el equipo por las enormes dificultades que están teniendo los delanteros para hacerse fuertes en área rival. 

Potenciado por el dibujo

El Valencia propuso un nuevo esquema en el partido contra el Elche en el Martínez Valero que puede potenciar más si cabe su vocación ofensiva. Baraja puso en liza una defensa de tres centrales y dos carrileros, prescindiendo de extremos puros y situando a Samuel Lino y Yunus Musah en los pasillos interiores, dejando la banda para los carrileros. 

En esta tesitura de mayor libertad, Gayà estuvo muy cómodo a la hora de incorporarse y de hecho también facilitó la tarea a los atacantes, más liberados para asociarse por dentro y para encarar el área. No se puede contabilizar como asistencia, pero de hecho su centro al corazón del área fue lo que acabó en el gol en propia meta de Gonzalo Verdú, que se lanzó a la desesperada para evitar que Edinson Cavani rematase absolutamente solo en el corazón del área. Contra los ilicitanos sacó cuatro centros, dio un pase clave y su mapa de calor reveló más presencia en campo contrario que en el propio, erigiéndose como una amenaza constante en fase ofensiva. Va a ser una figura clave en la lucha por la permanencia y este esquema puede multiplicar su importancia.