Golpe directo que devuelve al Valencia al borde del precipicio (2-1)

Escalante y Guardiola, dos fichajes de ese mercado en el que Corona consideró oportuno no reforzar al Valencia, castigaron a los de Baraja en dos jugadas horriblemente defendidas

Cádiz vs. Valencia

Cádiz vs. Valencia / Román Ríos

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Puñetazo directo al orgullo del Valencia. En el Mirandilla terminó la racha de dos victorias seguidas que había resucitado al equipo en la última semana. El cuadro valencianista, plagado de novedades por las rotaciones de Baraja, pagó muy caro los errores defensivos tan graves como imperdonables a estas alturas de la temporada. Escalante y Guardiola, dos fichajes de ese mercado en el que Corona consideró oportuno no reforzar al Valencia, castigaron dos jugadas horriblemente defendidas y dieron a su equipo una ventaja suficiente para sobrevivir a pesar del gol de Lino.

El Nuevo Mirandilla y los 500 valencianistas desplazados crearon el ambiente propicio para un partido por todo lo bajo que tenía colgado el cartel de 'final'. Ambos equipos se jugaban la vida y se notó sobre el terreno de juego. Las imprecisiones y los nervios impidieron que ninguno de los dos equipos se adueñaran del centro del campo en un duelo trabado y con pocas oportunidades claras de gol. Hubo que esperar hasta el minuto 20 para escuchar los primeros "uy" de la afición cadista. Una jugada embarullada dentro del área terminó con un remate heterodoxo de Sergi Guardiola que salvó Diakhaby prácticamente sobre la línea de gol.

Esa ocasión pareció despertar a los locales, que poco a poco imponían su ley para dominar el centro del campo, aunque no lo traducían en peligro sobre la portería de Giorgi. El equipo de Baraja, recogido atrás, confiaba en sus opciones a la contra. Y pudo salir bien el plan de la primera parte si Samuel Lino hubiera conectado con más acierto un disparo desde dentro del área tras una buena jugada de Yunus. El norteamericano encontró el espacio que tanto necesita para ser decisivo, libró a su par y puso un gran balón al corazón del área, justo donde esperaba el brasileño completamente liberado. Su remate, mordido, golpeó en un central cadista.

Confiaban los valencianistas en que la acción que puso en un puño el corazón de todo el Mirandilla sirviera para despertar a un equipo que, a pesar de las dos victorias seguidas ante Elche y Valladolid, sigue muy cerca del precipicio. Nada más lejos de la realidad. El Cádiz siguió con su camino, recurriendo a las armas de un equipo que va sobrado de oficio y haciéndolas valer para crear más sensación de control. A falta de juego, buena es la estrategia, debió pensar Sergio y toda su plantilla, que pilló incomprensiblemente desconcentrado al Valencia en un saque de banda que el Pacha Espino colgó directamente al área. Su envío encontró la cabeza de Sobrino, que peinó a la perfección para que Escalante rematara solo casi sobre la línea de gol. Nico, que había sido el mejor del Valencia en la primera parte, perdió la marca del argentino. Caprichos del fútbol. 1-0 y a vestuarios. A remar a contracorriente.

El Valencia estaba obligado a cambiar radicalmente su imagen tras el descanso y vaya sí la cambió. Pero incluso a peor. Apenas había pasado un minuto hasta que el Pacha Espino bailó a su antojo a Foulquier y Cömert, puso un centro raso y Sergi Guardiola remató a gol. Mamardashvili, Diakhaby y Cenk, también demasiado flojos de nuevo. Jarro de agua helada para el Valencia y para los 500 valencianistas desplazados. Solo una proeza podía salvar a los jugadores del Pipo. Y cuando el Valencia estaba apunto de tocar la lona tras el segundo golpe cadista que rozó el KO, Ledesma cometió un error imperdonable que permitió al Valencia meterse de nuevo de lleno en el partido. El guardameta controló mal un pase de su defensa y Samuel Lino, con mucha clase, robó el cuero y lo envió al fondo de las mallas.

El gol recompuso al Valencia, que mandaba ahora dentro del ring y quería llevar el partido a los puntos. Concretamente al reparto de ellos como mínimo. Baraja detectó que era el momento de dar un paso al frente y quiso agitar el partido desde el banquillo dando entrada a Samu Castillejo y Diego López. Trataba de generar el Valencia pero sus mayores ocasiones de peligro seguían llegando tras errores del Cádiz, que le pesó muy claramente el gol de Lino en forma de nervios.

Empujó con todo lo que tenía el Valencia y tuvo sus oportunidades aunque no terminaron de ser manifiestas. Diego López estuvo cerca de sorprender a Ledesma con un gran remate que desvió el argentino con una soberbia parada. Y sobre la bocina tuvo la más clara el Valencia. De nuevo Diego López. El canterano se topó de nuevo con el portero cadista tras una jugada originada por un magnífico pase de Javi Guerra a Hugo Duro. Aún dispuso de una última el '19' blanquinegro pero su remate de cabeza se perdió por el lateral de la red. Pesaron demasiado las desconexiones defensivas y el arreón final quedó en agua de borrajas. Golpe muy duro en un partido de seis puntos que devuelve al Valencia al borde del precipicio. Una victoria del Getafe frente al Espanyol devolvería al equipo de Baraja a los puestos de descenso.