Vuelta al césped con el olfato intacto

Aunque sí la más importante, la victoria del Valencia CF este domingo en Balaídos no fue la única buena noticia de una gran tarde en Balaídos. Justin Kluivert volvió a vestirse de corto tras cinco partido lesionado y demostró que este tiempo en el dique seco no ha perdido el olfato goleador que le había convertido en el jugador más determinante del equipo en 2023.

Apenas ocho minutos tardó en enviar al fondo de las mallas el primer balón que le llegó en una posición peligrosa. Fue a raíz de un gran pase de Diego López, que previamente había rescatado a base de fe un balón que parecía destinado a perderse por línea de banda. El canterano vio el desmarque del neerlandés que, cuando le llegó el balón, cruzó un remate de ‘crack’ al palo largo, fuera del alcance de Iván Villar. 

Los niños al poder de la salvación

Cuánto echaba de menos el Valencia a Justin. En las últimas jornadas el equipo había tenido muchos problemas para marcar y estaba sobreviviendo prácticamente a base de errores individuales del rival, como ocurrió ante el Valladolid o Cádiz, por ejemplo. Con su regreso, Rubén Baraja no solo recupera al jugador más entonado para buscar la puerta rival, también a un futbolista letal en los cambios de ritmo y con capacidad de generar para sus compañeros. 

Partido ‘perfecto’ de nueve

Kluivert hizo todo lo que se le debe pedir a un delantero. Más allá del gol, fijó a los centrales, los sacó de posición, bajó balones... y todo eso después de estar cinco partidos parado por lesión.

Destacó más en el juego sin balón, ganando cinco de los diez duelos que disputó (tanto aéreos como con el balón en el césped). Con balón completó dos regates de tres intentos y apenas llegó a los 10 pases completados. No le hizo falta para volver loca a la zaga del Celta de Vigo.