El arbitraje vuelve a enfadar al Valencia CF

El cuadro de Mestalla se ha visto perjudicado este curso y el duelo contra la Real demuestra la doble vara de medir con los de Baraja

Mikel Merino también mereció la expulsión en Mestalla

Mikel Merino también mereció la expulsión en Mestalla / JM López

Pablo Leiva

Pablo Leiva

El Valencia tiene motivos para enfadarse una vez más. La realidad es que Hernández Hernández cuajó de nuevo una actuación muy floja a pesar de haber acertado con la expulsión de Amallah, ya que no siguió con su criterio durante el partido. Ese es el verdadero enfado de una afición que ve cómo con el cuadro dirigido por Baraja es más fácil expulsar o pitar penaltis en contra y a los rivales cuesta un poco más.

Los datos de esta temporada están sobre la mesa. El mejor ejemplo es lo que sucedió con Mikel Merino en el tramo final. El futbolista de la Real Sociedad acabó el partido a pesar de haber merecido la expulsión en varias ocasiones. Más aún teniendo en cuenta la vara de medir que había usado previamente.

El penalti, por otra parte, fue otro de los motivos de crítica y de enfado en un Valencia que entiende que esa acción era merecedora de lanzamiento desde los once metros. Más aún teniendo en cuenta los antecedentes. Cabe recordar que la temporada pasada, ante el Almería, el Valencia CF fue perjudicado por un penalti que jamás debe ser pitado como el de Paulista.

En el caso del hispanobrasileño además fue más sangrante porque no iba ni a dirección a portería, el rebote fue evidente y no tenía intención de disputar el esférico. En definitiva, como lleva pasando los últimos años con los árbitros, el Valencia CF tiene motivos más que de sobra para sentir que los arbitrajes le están quitando la oportunidad de competir en igualdad de condiciones que los rivales a los que se enfrenta.

Tres derrotas con mucha polémica

El conjunto de Baraja ha perdido esta temporada tres encuentros y en todos ellos han sucedido cosas extrañas. En el primero de ellos, ante Osasuna, el cuadro dirigido por el Pipo vio como una falta clara de Nacho Vidal sobre Gayà no era señalizada y los rojillos metían el segundo tanto. Por su parte, el duelo contra el Alavés dejó un penalti clarísimo. Tan claro que es extraño que el colegiado no recibiera el aviso del VAR después de que Hugo Duro fuera derribado en el área por un futbolista babazorro. La última, ya mencionada, fue esta misma jornada ante la Real Sociedad en una jornada en la que Merino debió ser expulsado y como mínimo haber revisado durante más tiempo el posible penalti de Odriozola.