La salvación en juego y la Copa de fondo

El Valencia no puede pensar en el Celta porque puede significar una distracción importante. Ganar al Cádiz significa lograr media permanencia

Hugo Duro celebra un gol en Mestalla

Hugo Duro celebra un gol en Mestalla / JM López

Pablo Leiva

Pablo Leiva

El Valencia CF arrancó 2024 con dos triunfos. Con el 3-1 ante el Villarreal y el 1-2 contra el Cartagena que firman un doblete de victorias y que genera la sensación de que hay una mejoría clara. Pero Baraja no quiere relajaciones y el vestuario lo sabe. Y es que el mes de enero es exigente y no permite ‘inputs’ negativos que generen dudas. Que cambien el foco de un tramo de competición en el que LaLiga y la Copa aparecen prácticamente cada tres días. Pero lo importante es ir paso a paso. Sobre todo porque el Nuevo Mirandilla es un escenario en el que el Valencia CF no gana desde que su entrenador, Rubén Baraja, estaba sobre el terreno de juego y no en el área técnica. 

El primero de los retos que tiene por delante el equipo es un reto mayor. Un equipo que está en descenso, que desde septiembre atraviesa una racha negativa, repleta de dudas y que tal vez está sufriendo una dinámica que con Sergio no habían tenido desde su llegada. No tanto por resultados como sí por sensaciones de equipo que cada vez hace menos cosas bien y al que se le escapan los partidos demasiado rápido. De hecho, los de Sergio González no ganan un partido de competición liguera desde el 1 de noviembre con ese 3-1 ante el Villarreal CF. 

Mientras, el Valencia CF tiene que aprovechar la inercia. El momento de forma de un colectivo que desde que se midió al Barcelona solo tiene noticias positivas. Hugo Guillamón, Canós y compañía se han sumado a la causa. También Yaremchuk, quien sin embargo no estará en la tacita de plata y eso deja menos opciones tácticas a Baraja. Porque a la espera de Rafa Mir, el equipo solo cuenta como nueve con Hugo Duro y Alberto Marí, que todavía no está para aguantar 90 minutos. Y sobre todo hay que recordar que en el banquillo no hay más piezas para poder mover durante el partido. En definitiva, ese 4-4-2 corre peligro, un sistema que ha usado en varios partidos en el último mes. 

Yaremchuk celebra su gol junto a Mosquera

Yaremchuk celebra su gol junto a Mosquera / JM López

Más allá de ese detalle táctico, los tres puntos se antojan un antes y un después en la temporada. Con un triunfo se pegaría un portazo a las dudas de la permanencia, algo que ahora parece lejano pero que a principio de curso, dicho además por la presidenta Layhoon, era el objetivo. Con una victoria, el Valencia se colocaría con un +14 por encima de los puestos que marcan la caída a la Segunda División. 

Eso son muchos puntos teniendo en cuenta que el Valencia la temporada pasada ya coqueteaba con esa zona baja a estas alturas y que, a pesar de que en la Copa del Rey todavía estaba con vida, las sensaciones eran muy diferentes. Por eso confirmar esa mejoría es clave. Así lo asume también el vestuario, que considera que una derrota en Cádiz puede hacer temblar los cimientos de una temporada que está siendo muy positiva en este último mes de competición. 

En cualquier caso, y con el mercado de fondo, paso a paso ante el Cádiz, un equipo que ya le hizo muchísimo daño la temporada pasada al Valencia y que en Mestalla sin embargo había bajado los brazos a los pocos minutos con una de las mejores primeras partes que se recuerdan en el valencianismo. 

Gayà fue decisivo en el partido ante el Cádiz con un golazo en el minuto cuatro

Gayà fue decisivo en el partido ante el Cádiz con un golazo en el minuto cuatro / JM LÓPEZ

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