El fracaso de Lim en su hoja de ruta

En 2014 Meriton estableció por escrito hitos financieros a doce años vista: traslado al nuevo estadio, jugar competiciones europeas cada año e incrementar los ingresos por TV. Nada se ha cumplido

Peter Lim, imagen de archivo

Peter Lim, imagen de archivo

Vicent Chilet

Vicent Chilet

De la fiebre inversionista en su llegada entre vítores en 2014, a debilitar en mínimos históricos una plantilla refugiada en el bastión de su cantera, con todo Mestalla reclamando voz en grito su salida. De los mil millones entre entradas y salidas de futbolistas, a desatender la petición de refuerzos del entrenador que ha evitado el descenso y, además, restarle por el camino a una pieza titular como Paulista.

Con la perspectiva de una década, el trayecto de Lim en el Valencia es la historia de la decadencia imparable de un histórico de Europa. La situación del club de Mestalla dista mucho de la entidad que heredó el empresario singapurés hace diez años. Y sobre todo, es radicalmente distinta de las proyecciones que Meriton Holdings presagiaba en 2014 en una hoja de ruta planteada hasta la temporada 2025/26 y de la que no se ha cumplido ninguno de sus hitos básicos.

Era en 2014 cuando el nuevo Valencia de Lim plasmaba en la nota 2.4 de su Memoria Anual los principales hitos de sus proyecciones financieras a doce años vista, hasta la temporada 2025/2026 (ya faltan únicamente dos ejercicios y medio). Meriton se marcaba cuatro objetivos clave: La «venta del viejo estadio de Mestalla y el traslado» al nuevo recinto de Corts Valencianes. Además, se marcaba «disputar competiciones europeas cada temporada». En tercer lugar, aspiraba a lograr un «incremento de los ingresos por derechos de TV, conforme a la negociación trienal». Por último, se marcaba la «obtención de financiación para conseguir los puntos anteriores». 

La fotografía actual del club deja en evidencia que de aquellas proyecciones, promesas y objetivos, Lim no ha logrado atender ninguna. Las obras del estadio, que llevaban paradas cinco años a su llegada, acumulan ahora 15 de abandono de un proyecto reactivado ante estímulos externos, como la inyección de CVC, ser una de las sedes del Mundial 2030 y la importancia de las fichas urbanísticas. Por otro lado, el equipo no sólo no ha disputado competiciones europeas cada temporada sino que encadena la sequía más larga sin pisar competiciones europeas desde la crisis de los años 80 con el descenso a Segunda.

Respecto al incremento de ingresos por derechos televisivos, no han subido y la tendencia es la opuesta, a caer en picado al desplomarse en 23,5 millones en los últimos tres años por las malas clasificaciones deportivas y el descuento de los intereses de CVC. La caída en más de un 28% de la principal vía de ingresos del club, se ha compensado básicamente con la reducción de masa salarial del primer equipo en más de 24 millones desde la 20/21. La obtención de financiación para conseguir los objetivos se ha basado, esencialmente, en las aportaciones de préstamos del máximo accionista para amortiguar las consecuencias de su gestión.

En 2021, después del giro radical al proyecto con la salida de Mateu Alemany y Marcelino García Toral, que habían estabilizado al equipo en participaciones en Liga de Campeones, la proyección financiera mantiene los objetivos del traslado al nuevo estadio, el incremento de los ingresos por televisión y la obtención de financiación, pero revisa las previsiones deportivas en el punto 2:

«Jugar competición europea en años alternos», aspiración también quebrada. Además, en 2021 se establecen otros dos puntos en la hoja de ruta. 5) «Resultado por enajenación de jugadores en base a histórico y la mejor estimación de la plantilla actual». 6) «Importes de compra y venta de jugadores basado en competiciones en las que se disputa». Es decir, basar el mercado en base al contexto actual sin competiciones europeas.

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