La Bundesliga advierte un regreso con menos goles, con desajustes en los primeros partidos y equipos un poco más largos. Veremos si en LaLiga el retorno es menos intenso. La cultura es distinta: más táctica, sin tanto frenesí, pero lo natural es que hayan partidos con un ritmo más bajo. La adaptación al efecto vacío en los estadios es otra de las cuestiones que tiene peso. La afición influye en la forma de competir y el impacto es evidente en Alemania. Está por ver cómo encaja esa nueva normalidad en el Valencia CF, un equipo que multiplica su temperatura con el calor de su gente. En Mestalla ha caído el Barça y han temblado Madrid y Atlético. En ese sentido, la referencia es el partido ante la Atalanta. No fue bien, por muchos motivos.

"Ya hemos jugado a puerta cerrada en la Champions, nuestro último partido antes el parón (3-4). Ya conocemos esa sensación". Son palabras de Kevin Gameiro -hace unos días- en L'Équipe. Cero derrotas, como FC Barcelona o Real Madrid, 23 goles a favor y 12 en contra; el Valencia es el tercer mejor local de LaLiga, donde ha sumado 30 puntos de sus 42 puntos esta temporada. Lejos de Mestalla se pierde en la mediocridad: es décimotercero. Para tener éxito necesita empezar bien y los tres-cuatro primeros partidos prometen ser fundamentales. El equipo se puede permitir pocos errores. La duda es cómo será el regreso y cómo afectará la nueva normalidad a la dinámica de los equipos.

Empezar bien

El estallido del Covid-19 y el confinamiento han dejado en stand by el juicio tras un proceso de involución en juego y resultados. Las sensaciones no era positivas, desde luego, pero el contexto ahora es otro. El Valencia CF no parte de cero, pero este tiempo ha servido para limpiar la mente y afrontar el momento con la idea clara de hacer una temporada a once finales, con cinco adversarios y la zona Champions a cuatro puntos. Todo lo anterior es peso muerto por eliminar.

El equipo respira buenas sensaciones, claro que se han producido situaciones que no han gustado -como el cruce de comunicados con la no renovación de Garay- pero hay un objetivo común y sustancialEl encuentro ante la Atalanta en Mestalla tiene que ser experiencia, no trauma.

El Derbi... es distinto

Por rivalidad y por ser un partido especial, el choque ante el Levante tiene otras connotaciones. Aquel partido de vuelta ante la Atalanta estuvo marcado por el estallido de la pandemia y por el resultado de la ida, durísimo también: 4-1. El Derbi marca el retorno del fútbol y hay hambre, ganas de reivindicarse, en positivo.

El factor Gabriel Paulista

Más allá de la fase de efervescencia de Guedes o Rodrigo -en los entrenamientos- hay una diferencia determinante respecto a la referencia ante la Atalanta: la presencia de Gabriel Paulista. El central se perdió la eliminatoria ante los italianos por la expulsión en Ámsterdam y su presencia es fundamental para ordenar la defensa, hacerla más fuerte y dirigir a Mouctar Diakhaby, cuya actuación fue una locura ante los bergamascos. El joven francés formó en el eje de la zaga junto a Coquelin. Aquella noche, Kondogbia también pasó por el centro de la defensa, que terminó siendo un puzzle difícil de descifrar. Sólo esa diferencia en la estructura puede suponer un salto.

Hasta que la competición diga lo contrario, el discurso oficial insiste en la frescura mental del grupo, en la energía renovada y en algún 'refuerzo' tipo Paulista, con el colmillo afilado como Guedes, Florenzi o Maxi, que también llegó al confinamiento tocado.