Por eso es tan bueno Fernando Alonso

El piloto español estiró de las orejas a la FIA por sus, una vez más, criticables decisiones

Fernando Alonso, en uno de los momentos de entrar a boxes.

Fernando Alonso, en uno de los momentos de entrar a boxes. / Europa Press

Ángel Castaños

Ángel Castaños

No recordaremos la posición de Fernando Alonso en el Circuito de Las Américas de 2021: un abandono. Pero lo que muchos recordarán es cómo el español estiró “en remoto” de las orejas a la FIA por sus, una vez más, criticables decisiones.

Fernando rodaba con Raikkonen detrás. El finlandés lanzó su Alfa por fuera en la primera curva y el de Alpine respondió ahogándole. Kimi siguió por fuera pista y aprovechó el impulso para ganar plaza. De forma inmediata el asturiano pidió por radio que se le devolviera la posición.

Los comisarios anularon el tiempo de vuelta de Raikkonen, pero nada dijeron de retornar la plaza ¿Por qué? Pues no se sabe, porque estaban a por uvas, porque se lo jugaron a piedra, papel o tijera… Nadie lo sabe. Lo bien cierto es que los circuitos con escapatorias de asfalto se han convertido en el elemento que más discusiones y, como en este caso, injusticias generan.

Mientras los que solo ponemos los ojos delante del monitor discutíamos la jugada, Alonso decidía dar una lección a los comisarios de la FIA: pocas vueltas después era él el que se saltaba los límites para adelantar a Giovinazzi. Esta vez a los comisarios sí les pareció mal y obligaron al del Alpine a devolver posición o se comía una sanción de 5 segundos.

Fue entonces cuando Alonso se remangó, puso a Giovanazzi contra los límites y volvió a levantarle posición con una maniobra tan discutible como la de Kimi. Los comisarios, calladitos.. Y eso es lo que hace tan bueno a Fernando: nosotros criticamos de voz la injusticia pero él lo hizo con las manos y a 300 por hora y poniendo en evidencia esa doble vara de medir.

Las escapatorias de asfalto evitan que los coches queden atrapados y que las parrillas en la Fórmula 1, con tan solo 20 coches, no queden esquilmadas en pocas vueltas por las eventuales salidas. Hacen, en parte, más segura la competición, porque permiten volver tomar el control de un coche desbocado.

Pero, sin duda, para aquellos que tienen los referentes de la grava o el césped como límite, alteran el espíritu de la competición. Además de abrir, como sufrió Alonso en Texas, la puerta a las decisiones injustas por parte de comisarios.