Opinión

Mercado defectuoso

Si en los últimos 20 años el fútbol ha cambiado, en el último lustro, y más tras la pandemia, la pelea por los fichajes se ha convertido en un esprint a finales de agosto

Una imagen de un entrenamiento del Valencia CF

Una imagen de un entrenamiento del Valencia CF / Francisco Calabuig

E s sábado por la mañana en la plaza redonda y los niños y niñas disfrutan con un buen mazo de cromos en su mano buscando cambiar a sus repetidos y encontrar esa joya de la corona. El fichaje estrella de última hora, ese típico ‘crack’ que quieres mostrar en el colegio el próximo lunes o conseguir las pocas piezas que todavía faltan para terminar el álbum. Ahora eso es casi un imposible. Si en los últimos 20 años el fútbol ha cambiado, en el último lustro, y más tras la pandemia, el mercado ha terminado por ser un esprint final en el que solo vale la última semana de agosto. Un formato caduco y que carece de cualquier tipo de lógica. Cada vez los clubes apuran más para cerrar plantillas y el mejor ejemplo es la situación actual en LaLiga. 

A las puertas del arranque liguero, que llega en dos semanas y media, el Valencia y muchos equipos están a un paso de cerrar sus respectivos equipos. Y en esas pasa lo de todos los años. El inicio de LaLiga, como de otras competiciones, llegará con jugadores pensando en su salida, algunos de ellos de hecho haciendo las maletas y otras plantillas con hasta cuatro jugadores que no estarán en el once titular porque todavía no han llegado. Y es uno de esos sinsentido que tiene el fútbol cada verano. 

En el caso del Valencia, por ejemplo, las últimas semanas han sido una amalgama de nombres que ha ido de Bakayoko a Torreira, pasando por Riquelme, ahora Arthur y todo eso sin entrar en la operación salida. Y creo, honestamente, que para el aficionado supone un ‘engorro’ tener que ver cómo el día 14 el Valencia salta al terreno de juego para disputar su primer encuentro liguero contra el Girona pendiente de quién se quedará o quién vendrá. Porque las ventas son otro punto importante. Soler, Guedes, Maxi, Cillessen, Diakhaby, André... Cada día el mercado ofrece distintas alternativas y la sensación de ver cómo no hay nada seguro es incomprensible. Pero claro, el negocio es el negocio, y si las ventanas de mercado no cambian habrá algún motivo. Eso sí, yo no se lo encuentro. Ni se lo encontraré.  

Es incomprensible de hecho que los clubes estén de acuerdo con toda esta película. Intuyo que desde que abren las ventanas de fichajes hasta la primera jornada de liga es más que suficiente. Pero nada cambia. Todo sigue igual y ese niño que compra el álbum en verano, que se gasta dinero en los sobres para encontrar a su ídolo, verá que al final del verano y a las puertas de arrancar la época de colegio, los equipos tendrán, como mínimo, siete u ocho futbolistas que no deberían estar en ese sitio. En definitiva, LaLiga empieza en dos semanas y media, la primera jornada asoma, y nadie o casi nadie, sabe si su plantilla estará cerrada o harán falta muchos cambios.  

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