Opinión

El choque de la rivalidad efímera

Reencuentro con el Cartagena, ante el que el Levante forjó su último ascenso

MAYO 2010 LEVANTE UD PARTIDO CARTAGENA VS

MAYO 2010 LEVANTE UD PARTIDO CARTAGENA VS / SUPERDEPORTE

El holgado calendario de la Segunda División marca esta noche una nueva parada en el Ciutat. El Cartagena será el rival de los de Nafti, equipo que vuelve 13 años después y que en aquel momento hizo emerger una rivalidad tan inesperada como efímera.

El Levante de aquel momento dirigido por Luis García consiguió un ascenso épico después de una pretemporada que estaba poblada de dudas en lo deportivo pero sobre todo en cuanto a la supervivencia del club, inmerso en un panal en el que las deudas y el concurso de acreedores asfixiaban el día a día.

El conjunto departamental dirigido por Juan Ignacio Martínez, JIM para los amigos, estaba forjado para ser el segundo club murciano en la máxima categoría y para ello contaba con jugadores veteranos y de relativo prestigio como Cygan, Quique de Lucas o Víctor, aquel delantero menudo, que jugó en el Valladolid o Villarreal.

Nunca pensó el Cartagena que el Levante sería su rival por el ascenso, todo lo contrario. De hecho, al final de la primera vuelta, los murcianos ganaron en el Ciutat y el conjunto granota veía peligrosamente cerca el descenso. En la segunda vuelta todo cambió. El Levante comenzó a sumar para salir de la zona roja y la escalada no tuvo frenos. Los de JIM se estancaron y llegó el famoso duelo de Cartagonova de mayo de 2010. 15.000 almas abarrotaron unas gradas que confiaban en dejar atrás a ese aspirante con el que no se contaba pero que llegaba lanzado. El partido concluyó con un contundente 3-5 pero sobre todo destapó hostilidades en la afición local y los seguidores desplazados desde València así como con el autobús que se vio zarandeado. El desenlace de ese año fue que el Levante acabó en Primera y que el Cartagena, quinto, quedó fuera de la lucha en el momento clave. Cuestión de historia o de leyenda, quién sabe.

En el momento actual las circunstancias son bien distintas. El Levante llega al choque dispuesto a confirmar que su pegada ante el Villarreal B ha sido una muestra de la evolución en el día a día. Pese a que con el 1-0 ante el filial hubieron demasiados minutos de especulación o de falta ocasiones, lo cierto es que los cambios de Nafti reactivaron y despertaron a los futbolistas tras el empate para sacar ese colmillo que estaba escondido y dar el primer golpe de autoridad del curso.

Tendrá más valor o no, pero un triunfo esta noche permitiría al Levante ser el primer líder de la jornada. Posiblemente sería eventual, pero tras los meses tan duros vividos, voltear la clasificación siempre da un subidón pero sobre todo constataría la solidez de un equipo que debe y va a ir a más.

Por cierto, aunque hay que estar por encima de eso, el nivel arbitral con el Levante hasta el momento ha sido paupérrimo. Desde la jornada inaugural contra el Huesca a la última entrega frente al Villarreal B, los colegiados han evidenciado una peligrosa tendencia de buscar un protagonismo pernicioso y que se ha cebado con los intereses granotas, masacrados en amonestaciones y víctimas de unas revisiones del VAR que saquean la paciencia del más sosegado. Un poco de profesionalidad y de respeto, por favor.

No quiero acabar sin hablar de baloncesto. España tiene hoy en Berlín la oportunidad de llegar a una nueva final del Eurobasket. Con la Selección, dos jugadores taronja, López-Arostegui y Pradilla. Son los únicos representantes taronja que nos quedan para conseguir el oro después de la eliminación de la Eslovenia de Prepelic y de la esperada de Dubljevic hace algunos días. Suerte para ellos.

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