Opinión

Las explicaciones de Soler y Sandra Gómez sobre el Valencia

Me gustaría escuchar esas explicaciones y no lo de siempre, que eso ya nos lo sabemos

Carlos Soler posa para Superdeporte

Carlos Soler posa para Superdeporte / Francisco Calabuig

Han sido días de explicaciones en el entorno del Valencia. De explicaciones y algunas situaciones llevadas al extremo, por parte de todos, que sólo conducen a encabronar más un ambiente ya de por sí cargado, sin necesidad de azúcares añadidos. Y, si soy sincero (que de eso se trata), ni me ha convencido Carlos Soler con las cosas que ha dicho (enhorabuena al gran Chilet por la entrevista, dicho sea de paso) ni tampoco Sandra Gómez con lo que, más que decir, ha vuelto a repetir. Hace días que pienso que si fuera un amigo o un allegado de Carlos Soler le diría que no hablara más del Valencia en una larga temporada. Y también que debería haber preparado bien el discurso, o no haberse salido de él.

Decir casi en la misma frase que no veía proyecto en el club pero que pidió renovar por 10 años es, cuanto menos, una incongruencia clamorosa, de esas que se encuentran sin buscar. Si no le ves futuro a algo no buscas atarte a ese algo poco menos que de por vida. No tiene sentido ni hay por dónde cogerlo. Esto había de haberse trabajado más, o simplemente haber ido a la realidad mundana. Como por ejemplo: este Valencia no me convencía, vino el PSG, que opta a ganar la Champions y además me pagaba el doble, y decidí marcharme.

De esta forma nadie, o casi, le hubiera cuestionado nada. Habría sido algo entendible en el contexto actual. Pero, lejos de eso, se está enrocando en un discurso inconexo, incoherente, y que está enfadando a mucha gente. Y no me parece ni bien, ni justo. Porque estoy convencido de que Soler, antes o después, querrá volver al Valencia. Y para que eso se materialice debe salir bien del club; una salida que ha acometido, como ya he dicho, de pleno derecho.

Por cierto, en lo que le doy plenamente la razón es en que la familia siempre debe quedar fuera de esta fauna. Y quien la meta dentro, es mala gente. Tampoco me convence Sandra Gómez. E intuyo, al menos hablando del Nuevo Mestalla, que a mucha gente tampoco. El problema es que aquí mezclamos cosas y que, como se va contra Lim, aquel que esgrima una bandera con la que pueda atizarse al máximo accionista es seguido por cierto sector que ya no mira más. Y tal hecho, con todos mis respetos, no es correcto. Porque el bien del Valencia está por encima de Meriton, de Sandra Gómez, de cualquier ATE que valga y de cualquier interés inmobiliario. «El Nuevo Mestalla lo van a pagar los valencianos», dijo la vicealcaldesa, sin dar mayores explicaciones. Y luego, el mismo día, aprovechó un impresentable insulto recibido en los medios (a mí me han llamado gordo y cabezón muchas veces en mi vida y sé lo que puede llegar a doler) para desviar la atención. Después ha matizado sus palabras diciendo que las ventajas urbanísticas «las paga la ciudad». Y claro, esto no es así; o al menos no del todo. Porque eso está aún por ver.

Porque se está exigiendo un campo de 450 estrellas para ser sede de un Mundial que aún no ha sido otorgado a España, obligando al Valencia a unos compromisos que van a llevarlo al límite, como sucedió en el Mundial del 82 (los más jóvenes no lo sabréis, pero aquello fue lo que por aquel entonces condujo a la ruina al club y, en gran medida, al descenso a Segunda División). Puesto que… si luego no se usa todo lo que se demanda construir por encima de necesidades reales, ¿quién paga, Sandra Gómez? Me gustaría escuchar esas explicaciones y no lo de siempre, que eso ya nos lo sabemos.

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