Opinión

Triunfo o tormenta

Nafti continúa sin encontrar la manera de que el Levante UD arranque y el tiempo pasa

Nafti continúa sin encontrar la manera de que el Levante UD arranque y el tiempo pasa

Nafti continúa sin encontrar la manera de que el Levante UD arranque y el tiempo pasa / F. Calabuig

Si no a ultimátum, sí que es verdad que el partido de este domingo, afortunadamente con un horario más razonable que el propuesto en un inicio, huele a una baza importante que dé algo de consistencia al proyecto o deje al borde de la lona a Nafti. Las salidas a Burgos y Andorra no han venido acompañadas de viento a favor, todo lo contrario. Las dudas que dejó el último choque en el Ciutat ante el Cartagena se han avivado y de que manera, con un riesgo de propagación que casi alcanza los bordes de la paciencia…y la tranquilidad.

Es un discurso similar al de estas últimas semanas. Nafti sigue sin encontrar la manera de que el Levante arranque y transite como toca y el tiempo pasa. La fase de adaptación está superada y ahora mismo lo único que cabe esperar son buenos resultados y sensaciones positivas. El talento y la calidad que presuntamente tiene este equipo no se está viendo en el césped. Los buenos minutos están cifrados en cuentagotas y el empaque del bloque no transmite apenas señales y hechuras de poderío y grandeza. No estoy diciendo que la línea sea la de arrasar y golear, pero sí que hay mostrar un patrón de juego cristalino y coral. Da la sensación, o eso se percibe desde fuera, que a veces todo queda encomendado al talento individual de algunos futbolistas, siendo un argumento muy pobre.

La afición comienza a mostrar gestos lógicos de cabreo y ya se dibujan las primeras nubes que depuren responsabilidades. El club ha optado, es su papel, por cerrar filas pero estoy convencido de que hay preocupación y se ha querido conocer desde dentro el motivo de que este Levante no esté enchufado. La duodécima plaza en la clasificación escenifica esa peligrosa posición de no saber si mirar hacia arriba o hacia abajo, opción nada halagüeña para un equipo que tiene marcado acabar sí o sí entre los dos primeros.

Retornando al hilo inicial, lo más duro de todo esto es que a inicios de octubre, cuando solo hemos cubierto dos meses de competición, ya comencemos a especular en si una decisión tan capital, como es la elección de un técnico es o no la idónea para el retorno a Primera. Es una duda que llega muy temprano y que requiere atajar de una forma u otra.

No ganar al Racing situaría al club en un coyuntura más compleja de lo que podamos pensar. Más allá de la decisión sobre Nafti también está en entredicho la apuesta de Miñambres por el técnico, o lo que es lo mismo, asumir que el error ha sido por partida doble. Sin querer despertar viejos fantasmas nos trasladaría a la campaña pasada en la que el fichaje y posterior despido de Javi Pereira desencadenó la ruptura total con la arquitectura deportiva granota. Aquí Miñambres todavía tendría algo más de cuerda pero su figura irremediablemente se vería resentida.

Vamos a abogar por pensar en positivo y sobre todo en el triunfo. Jugar en casa debe ser un día en el que el equipo note el aliento de su gente y eso no va a fallar, porque la afición es el activo más fiable de este Levante. Habrá que ver el cambio de tuerca que pueda ejecutar Nafti en cuanto a unos jugadores de los que también se espera más. Y es que ellos también están en el foco, unos más que otros, pero lo están. Al fin y al cabo son partícipes de esta errática salida a escena y son ellos, los que únicamente tienen el poder de reconducir la nave. No queda otra que apelar al cambio, que esperar que la estabilidad retorne a Orriols y que sobre todo se vuelva a ganar. Bastante marejada está sobrevolando el Ciutat desde hace demasiados meses.

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