La gran herramienta que vino a salvar el fútbol
Está claro que hay muchos detalles por corregir y muchos equipos descontentos, como el Valencia, que este curso es el gran perjudicado por los errores del VAR
El VAR, en Mestalla / Francisco Calabuig
Ser defensor del VAR se hace cada día más complicado. La supuesta herramienta que vino a salvar el fútbol de las injusticias arbitrales, por muy tecnológica que sea, está supeditada a decisiones humanas, que entre la disparidad de criterios y las decisiones incomprensibles de algunos, no deja de cometer errores de bulto.
El VAR tiene un grave problema de base: Los árbitros acuden a la pantalla cuando la jugada es clara y tiene que cambiar su decisión. Si es clara, ¿por qué ha de ir a verla? Que le digan por el pinganillo que se ha equivocado y se ahorra el viaje. En cambio, cuando se trata de una jugada dudosa, no le llaman, ha de imperar la decisión inicial. Qué tontería. Si es dudosa, mejor será que vaya a verla y base su decisión en cinco tomas distintas y no en el directo.
Está claro que hay muchos detalles por corregir y muchos equipos descontentos, como el Valencia, que este curso es el gran perjudicado por los errores del VAR.
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