Carlitos rompe moldes

Djokovic, sorprendido por un español que gana antes Wimbledon que Roland Garros

Carlos Alcaraz

Carlos Alcaraz / TOBY MELVILLE

Jorge Valero

Jorge Valero

Pensaba que tendría problemas con Alcaraz sólo en tierra y en cemento, pero no en hierba, pero este año ha sido una historia completamente diferente. Ha sido increíble cómo se ha adaptado a la superficie; había jugado sólo un par de veces aquí». Esta declaración de Novak Djokovic tras perder la final de Wimbledon ante Carlos Alcaraz confirma que el serbio no midió bien el potencial de su rival sobre hierba. Y en parte entra dentro de la lógica teniendo en cuenta que ‘Nole’ llevaba cuatro títulos consecutivos en Wimbledon y sumaba diez años sin perder en la pista central.

Pero Alcaraz, desde bien pequeño, rompía ya el estereotipo del típico tenista español, al que se le atragantaba la pista dura y la hierba y sólo se sentía cómodo en tierra batida. Ahora, cuando suma ya dos títulos de Grand Slam, llama poderosamente la atención que ninguno de ellos haya sido el de Roland Garros, con el US Open del año pasado y el Wimbledon de ahora.

Si las lesiones le respetan, lo normal es que no tarde mucho en sumar la Copa de los Mosqueteros a su ya impresionante palmarés. Al igual que el Abierto de Australia.

Pero de momento, ha confirmado ya lo que Juan Carlos Ferrero y quienes mejor le conocen, se atrevían a aventurar cuando empezaron a trabajar con él, que sería un gran especialista sobre hierba. Su golpeo, buen resto, saque, volea y la capacidad de anticipación permitían aventurar, desde la máxima prudencia que tiene siempre su equipo técnico, que sería candidato a ganar algún día en Wimbledon, aunque nadie imaginara que fuera capaz de romper esta barrera tan pronto y menos, derrotando en la final a una leyenda como Novak Djokovic, con apenas 20 años.

Incluso uno recuerda cuando le decían hace años que su juego se asemejaba más al de Federer que al de Rafa Nadal, aunque por físico, garra y mentalidad, la similitud con el balear fuera evidente. De hecho, donde no se equivoca Djokovic es cuando asegura que «su juego consiste en una mezcla de determinados elementos de Roger, Rafa y míos. Tiene lo mejor de los tres».

Una frase que queda para la historia y que incluso puede cargar de más presión a Carlitos, aunque ha demostrado ya que sabe manejarla, dentro y fuera de la pista.

Y es aquí donde juega un papel fundamental Juan Carlos Ferrero. El que fuera número 1 del mundo y campeón de Roland Garros cuida hasta el más mínimo detalle de su formación. Y no sólo cuando tiene una raqueta en la mano. Pasó momentos complicados en su etapa de entrenador de Alexander Zverev y en Carlos ha encontrado una esponja que absorbe todas sus enseñanzas y consejos, entre los que está «alejarse en la medida de lo posible del móvil y de todo lo que se dice de él». Y ello en una época en la que la media diaria de los jóvenes con el móvil se acerca a las seis horas. Acepta la exigencia de Juan Carlos y las rutinas de alimentación, descanso y entrenamiento. Vive y sueña el tenis y desde la calma que le transmite Ferrero, no duda tampoco en mostrar una ambición sin límites. Si no fuera así, no habría llegado tan rápido al número 1.

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