La presión de ganar no le viene bien a este equipo

Una imagen de Las Palmas - Valencia

Una imagen de Las Palmas - Valencia / LALIGA

Pablo Leiva

Pablo Leiva

El Valencia saltó al estadio con la seguridad de que ganar por 0-2 le daba la sexta plaza y le permitía adelantar a Real Sociedad, que perdió contra Osasuna, y al Betis, que había ganado al Cádiz el viernes. El problema volvió a ser el de siempre. Lo mismo que pasó contra el Celta de Vigo en Copa del Rey y casi le pasa contra el Almería. Este equipo cuando sabe que debe ganar cortocircuita. Y es algo lógico y normal por la presión de una plantilla joven que ha escuchado demasiadas veces la palabra Europa en las últimas semanas. Personalmente soy partidario de hacerle ver a este bloque algo tan sencillo como que la octava plaza es su sitio. Su lugar. Porque meterle esa presión de ser sexto o séptimo solo le va a jugar en contra. Y eso se ha visto en partidos en los que tiene que ganar sí o sí. Curiosamente, el día en el que pocos imaginaban una victoria, ante el Athletic en casa después del KO copero, el Valencia jugó un partido serio, contundente y con las ideas claras. Todo lo contrario que ayer contra Las Palmas. Porque aquellos que dicen que el Valencia merecía empatar tienen tanta razón como aquellos que piensan que la mejor ocasión del Valencia la creó Mika Marmol con un despeje. Tan sencillo como eso. Porque el equipo no hizo un buen partido. Y no es una crítica. Porque igual que hay que quitarse el sombrero por ver cómo el equipo compite hay que lamentarse de malos días ante plantillas que no son tan distintas a la tuya. 

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