LALIGA

Poco fútbol y mucho Ricardo Arias

Ricardo piensa en grande y habla sin tapujos: «Hay que proponer más cosas para ganar los partidos. Así de claro». Lo pensó todo Mestalla

Ver al Valencia a merced del Rayo fue lo más duro de la tarde.

Ver al Valencia a merced del Rayo fue lo más duro de la tarde. / José Manuel López

Andrés García

Andrés García

Mestalla se ha convertido en una montaña rusa de emociones. Es casi tan variable como la defensa de José Bordalás. Tan inestable como la gestión de Meriton en el club. De la ilusión de la gente por volver al fútbol después de las buenas sensaciones contra la Real Sociedad, se pasó a la alegría por el penalti de Carlos Soler.

En medio de la celebración del gol llegó la protesta contra la propiedad. Fiesta y bronca. Felicidad y malestar. Todo a la vez. Una mano levantando la pancarta. La otra, apretando el puño. Al final todo acabó en decepción y desencanto.

A la afición le falló quien menos esperaba: su entrenador y sus jugadores. A esos que había aplaudido antes del partido. A esos a los que se aferra cada fin de semana ante el caos de la propiedad y sus faltas de respeto.

El equipo de Bordalás es la válvula de escape del valencianismo. La grada esperaba un paso adelante del equipo. El problema es que lo dio hacia atrás y con las peores sensaciones posibles. Haciéndose cada vez más pequeño en el campo. Insultantemente pequeño.

Sin argumentos y sin ideas

Sin argumentos para atacar. Sin ideas para hacer daño. Siendo tan pobres en el campo como en las arcas del club. La gente se fue tocada. Sin fuerzas para pitar. Ni para clamar contra Lim. Ver al Valencia CF a merced del Rayo fue lo más duro de la tarde.

Hay que exigirle al club, pero también hay que exigirle al equipo. Hay que pensar en grande. Somos el Valencia. Lo pensamos todos. Lo dijo Ricardo Arias. Un embajador del club. «Hay que proponer más cosas para ganar partidos. Así de claro». Amén.