El objetivo son dos victorias consecutivas

El Valencia quiere encontrar la regularidad para poder pensar en aspirar a puestos europeos, después ser su talón de Aquiles las últimas tres temporadas del equipo

Pualista tras marcar el primer gol del RCD Espanyol - Valencia CF

Pualista tras marcar el primer gol del RCD Espanyol - Valencia CF / EFE

Pau Pardo

Pau Pardo

El Valencia regresa a Mestalla después de romper su ‘gafe’ con los partidos a domicilio ganando en un campo tan complicado como El Sadar a un equipo especializado en defender su feudo como CA Osasuna. Una primera conquista de cara a ser un conjunto más capaz de competir por posiciones europeas, pero no la única que se plantea a corto plazo el combinado dirigido por Gennaro Gattuso.

Ahora es el turno de dibujar una tendencia regular, no solo de juego -que se está empezando a lograr-, sino también de resultados. El primero paso es conseguir, por primera vez en lo que va de temporada, ganar dos partidos ligueros de manera consecutiva para dar un golpe encima de la mesa y demostrar la solvencia que el equipo viene años echando en falta y que le ha privado de pujar por cotas mayores que rascar una o dos posiciones en el ecuador de la clasificación. 

La temporada anterior fue el claro ejemplo de cómo la incapacidad para ser regular a la hora de conseguir triunfos imposibilitó a los valencianistas poder hablar de Europa en la recta final de la campaña. El combinado de José Bordalás solamente consiguió encadenar más de una victoria seguida tres veces en todo el curso y la última vez fue en la jornada 27. Por ponerlo en contexto, la última vez que el Valencia consiguió esos dos triunfos ligueros de forma consecutiva estaba a ocho puntos de la sexta plaza y todavía se hablaba de poder soñar con Europa, sin embargo cuando finalizó la temporada estaba a 14. 

En toda la segunda vuelta, de hecho, el equipo solo lo logró una vez (ganando a RCD Mallorca y Granada CF), mientras que en la Primera lo hizo dos veces (una de ellas tres victorias seguidas) y acabó el año con la posibilidad de dormir en puestos Champions, aunque cayó contra el Espanyol el 31 de diciembre. 

El año de Javi Gracia fue incluso peor en ese sentido y el Valencia acabó enfocando su objetivo de la temporada en eludir el descenso a Segunda División. En toda la temporada 2020/21 el combinado de Mestalla no logró sumar dos triunfos consecutivos ni una vez en 38 jornadas y de hecho acabó el curso como décimo tercer clasificado, nueve puntos por encima de los puestos de descenso con solamente 43 puntos conseguidos, unos registros impropios de un club al que se le presupone que debe luchar por jugar cada temporada en competición continental. 

Objetivo regularidad

Salvo el partido de Vallecas, el equipo de Gattuso ha conseguido mantener un juego fiel a su filosofía en la mayoría de partidos. Se ha resistido la segunda victoria seguida, pero ya van tres partidos sin perder (dos victorias y un empate entre medias) siendo superiores al rival. Ahora el encuentro del sábado en Mestalla contra un Elche que viene tocado, pero con cambio de entrenador, se erige como un trampolín para lograr esa regularidad que debe hacer soñar al equipo con asaltar de nuevo la zona europea.

La última vez que se clasificó para la UEFA Champions League, de hecho, logró encadenar mínimo dos victorias hasta seis veces en la misma temporada y la anterior (primera de Marcelino), lo hizo cinco, pero con rachas de ocho y cinco triunfos de manera consecutiva. La regularidad es el único camino para salir de tierra de nadie.